Mitos y mitotes sobre el marxismo

Almoloya de Juárez, Estado de México, 13 de julio de 2021.- El domingo pasado los cubanos – a los que el resto del mundo identifica como socialistas o comunistas- se lanzaron a las calles de la isla para exigir, en principio medicamentos y vacunas antiCovid-19, e inmediatamente después pasaron al grito de ¡libertad! Un gran número de mexicanos y latinoamericanos a través de las redes sociales interpretaron el hecho, como la caída de un gobierno que prácticamente todos califican de socialista, término que en el imaginario colectivo es sinónimo de régimen totalitario y dictatorial.

La lectura de estos conceptos lleva a una reflexión: Existe una definición dogmática del marxismo-leninismo que distintos grupos sociales asumen a partir de una serie de consignas imaginarias y simbólicas, derivadas de un argumentario que cumple con el sacramento, que algunos que se sienten enviados por “el camarada Marx que el proletariado tenga en su gloria”*, entienden como ser de izquierda lo cual nada tiene que ver con su verdadera connotación.

En términos reales ser de “Izquierda” es “todo proyecto político que entiende el bienestar de las mayorías como su meta”, en consecuencia una izquierda en el poder, irá por mejorar las políticas públicas sociales, realidad que no existe en muchos de los países –como los latinoamericanos- gobernados por partidos políticos que se autocalifican como de izquierda, tan solo porque así se miran en el espejo-, cuando lo verdaderamente importante es la lógica social cotidiana, independientemente del nombre que ellos ostenten.

El concepto “socialismo” como tal no es de la invención de Karl Marx (1818-1883), el término aparece por primera vez en la obra de Platón “La República”; y como corriente vinculada al capitalismo con definición de “socialismo utópico” fue desarrollaron por los filósofos Tomás Moro (1478-1535); Tommaso Campanella (1568-1639); Robert Owen (1771-1858) fundador del socialismo inglés; François Marie Charles Fourier (1772-1837) y Henri de Saint-Simon (1760-1825)**.

Aunado a ello, para entender de qué trata la obra de Karl Marx, el economista cubano, Miguel Alejandro Hayes recomienda abordar sus escritos “desde la propia línea hegeliana que Marx afirmó seguir” porque además se define como “materialismo dialéctico”, -expresión acuñada por Gueorgui Plejánov (1856-1918)- que está basada en las leyes dialécticas propuestas por Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831).

Visto desde esta perspectiva el marxismo dista mucho de lo que la colectividad conoce a través del el Marxismo-Leninismo; Marxismo institucional o estalinismo dogmático, ideología política impuesta en la Unión Soviética primero por Lenin (1870-1924) y posteriormente por el dictador, Iósif Stalin (1879-1953), quienes jamás aplicaron los principios del materialismo dialéctico para analizar y solucionar de forma integral las necesidades sociales.

Hayes explicó que, “El capitalismo es la mega estructura de producción y el socialismo es un uso de las condiciones de producción de esa mega estructura en función de un bienestar social”, aquí la falacia es entender que el “socialismo básicamente habla de un capitalismo redistributivo”, como ejemplo mencionó que las sociedades nórdicas que no se declaran a sí mismas como socialistas, tienen una estructura de producción capitalista empleada para el bienestar social, en consecuencia tiene muy baja desigualdad social como en Noruega y son más socialistas en la práctica, que las autodenominadas de izquierda.

Por ello una economía sana debe tener capitalismo y socialismo y no únicamente salud y educación gratuita, que fue el mito que Fidel Castro utilizó para establecer el “socialismo que los cubanos anhelaban” y en el camino dejó al pueblo sin medios de producción, “en Cuba no los tiene el ciudadano, es el gobierno el principal propietario de los más importantes, con los que obtiene únicamente 5% por ciento del consumo interno”.

Y para cubrir su ineficacia, los líderes cubanos siempre han culpado al bloqueo estadounidense de todos sus males económicos, sin embargo la isla vive de las remesas que le envían sus connacionales principalmente desde Miami, de ahí que en 2019 haya recibido 3.171 millones de dólares de remesas en efectivo y 2.900 millones de dólares en mercancías que llegaron con la visita de 623.972 cubanos radicados en el exterior, de ellos 552.895 que viven en Estados Unidos.

La Revolución Cubana, dirigida por Fidel Castro, triunfó el 1 de enero de 1959. Después de la fallida invasión estadounidense de Bahía de Cochinos en 1961, Fidel Castro anunció públicamente que la cubana “era una revolución socialista”. En 1962 alrededor de sesenta barcos soviéticos llegaron a Cuba cargados de material militar. Durante 30 años, el gobierno cubano recibió de la URSS, más de 4 mil millones de dólares anuales, sin contar las facilidades de pago y el comercio que los países socialistas miembros del llamado Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) le brindaban.

Aunado a ello tuvo otros ingresos, como los altos alquileres para instalaciones militares y de inteligencia, por ejemplo, los 200 millones de dólares que pagaba Rusia cada año por la renta del Centro de Radares Lourdes en Pinar del Río, si comparamos estos ingresos con los 13 mil millones de dólares que a través del Plan Marshall se le concedió entre 1947 y 1952 a toda Europa para reconstruirse al término de la segunda guerra mundial, no se entiende cómo Cuba actualmente está en la bancarrota.

En contraste se puede ver el caso Chino, país que vivió el bloqueo incluso en las Naciones Unidas desde el 1 de octubre de 1949, cuando fue proclamada la República Popular de China bajo el poder del Partido Comunista, hasta el 25 de octubre de 1971. Hoy en día China es el segundo Estado más poderoso del mundo y no es rentable no tener relaciones diplomáticas con él.

En un principio Stalin consideraba válido tratar a China como un nuevo satélite de la URSS, al estilo de los países de Europa Oriental, pero los nuevos dirigentes chinos deseaban un trato en condiciones de igualdad. No en vano, uno de los objetivos de la lucha comunista en China había sido liberar al país de la histórica sumisión a las potencias extranjeras que se remontaba al siglo XIX.

De 1954 a 1959 la URSS empezó a remitir 7% de sus ingresos nacionales como ayuda financiera y técnica a China, considerando que el atraso tecnológico e industrial de China resultaba en un fértil terreno para asentar firmemente la influencia soviética en el país, pero como este apoyo fue visto como mezquino e interesado por muchos líderes chinos, se suspendió.

Así China con sus propios medios empezó a trabajar para buscar el apoyo mayoritario de los países integrantes de la ONU para lograr su ingreso y a la vuelta de 22 años logró formar parte de esa organización a través de la resolución 2758 de la Asamblea General de Naciones Unidas, no obstante que cuando llegó al poder Mao Zedong (1893-1976) China padecía una superinflación.

Al conmemorarse en días pasados el primer centenario del Partido Comunista Chino (PCCh), su secretario general, Xi Jinping, anunció que su país ha alcanzado su primer objetivo del centenario: construir una sociedad “modestamente acomodada en todos los aspectos”. "Esto significa que hemos logrado una resolución histórica al problema de la pobreza absoluta en China, y ahora estamos marchando con pasos sólidos hacia el objetivo del segundo centenario, el de convertir a China en un gran país socialista moderno en todos los aspectos".

La situación cubana comparada con la china, deja de manifiesto que socialismo y capitalismo son dos opuestos necesariamente complementarios para desarrollar una economía exitosa, el caso chino podría decirse que es el materialismo dialéctico llevado a la práctica donde la contradicción a través del planteamiento de una tesis y una antítesis obtiene una síntesis favorable para la sociedad.



* Frank García, historiador Marxista cubano. https://twitter.com/LaTrincheraCuba

** Miguel Alejandro Hayes, economista Marxista cubano. https://twitter.com/LaTrincheraCuba