Esta calificación coloca al país como el último lugar de los países miembro de la OCDE en materia de transparencia a la par de Rusia, y debajo de, Grecia y Hungría. Regionalmente países como Argentina, está 53 lugares por encima de México, y Chile incluso le lleva una ventaja de 11 puestos.

Los únicos países en América que tienen peor calificación que México son Guatemala, con 27; Haití, con 20; Nicaragua, con 25 y Venezuela, con 18.

A nivel mundial, esta penosa calificación la comparten Rusia, Guinea, Papúa Nueva Guinea, Líbano e Irán.

El informe resalta que desde 2012, Chile, México y Nicaragua han visto una fuerte disminución en sus puntajes respectivos, al no lograr un progreso significativo contra la corrupción.

Más aún, en México se detiene para indicar que los derechos políticos básicos, incluida la libertad de expresión y la libertad de prensa, han disminuido drásticamente. Transparencia Internacional diagnostica que, sin un medio de comunicación libre para proporcionar supervisión al gobierno, la capacidad de prevenir y denunciar la corrupción es limitada.

Como un aspecto medianamente positivo, la organización menciona que en la última década, México ha sido testigo del creciente apoyo social para las reformas anticorrupción. En 2015, estos esfuerzos llevaron a la reforma constitucional y la creación de un nuevo sistema nacional contra la corrupción. El año pasado, una amplia coalición compuesta por Transparencia Mexicana abogó por la implementación de estas reformas y la creación de una oficina del fiscal general independiente. Sin embargo, esto último no se logró consumar ni durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, ni en lo que va de la administración de Andrés Manuel López Obrador.

Por cierto, uno de los riesgos que identifica Transparencia Internacional en la región es el ascenso de gobiernos populistas donde menciona características que permiten la opacidad como manipulación de medios, donde los medios de comunicación independientes están siendo socavados, especialmente cuando su cobertura “reta” al mensaje del “líder”. Otro riesgo que detecta Transparencia Internacional es la interferencia del Estado, explicando que “los líderes interfieren y usan a las instituciones nacionales para debilitar comprobaciones y aumentan el poder del ejecutivo”; además de usar “aproximaciones de mano dura”, entendido como líderes que “crecientemente usan aproximaciones simplistas y de “mano dura” para resolver problemas de raíces complejas.

Como dato extra, los países con mejor transparencia son Dinamarca, Nueva Zelanda, Finlandia, Singapur, Suecia, Suiza, Noruega, Países Bajos, Canadá, y Luxemburgo.