DIVERGENTE

04 de abril de 2022


Me quedé helado por su comentario, sabía que a la menor provocación liberan al pequeño conservador que llevan dentro, lo hacen manifiesto sin rubor porque simple y sencillamente se ven a sí mismos como seres superiores.

Vestidos de blanco él y su esposa, ambos superando los 60 años, blancos, bien vestidos, amables y joviales, pero uno no soportó externar lo que quería explotar dentro de su pecho: en la entrevista que les hacía el señor respondió sobre la poca asistencia que tuvo la marcha en contra de la consulta de revocación de mandato: “cada persona aquí valemos por miles”.

Siguió con su respuesta hasta que inquirí sobre ese punto y corrigió diciendo que por cada asistente había otros miles en sus casas que comulgan con su movimiento antidemocrático. Yo le insistí y le dije que si estaba de acuerdo en que su voto solo vale por uno, que valía lo mismo que el de la señora que vendía tamales y el que caminaba con su perro en ese momento: aceptó que si.

No obstante a la corrección, mostró otro el lado más oscuros del conservadurismo: la idea supremacía, porque es solo eso, una idea que enquistada en las mentes de la población que carece de todo sustento científico y se queda solo en una aspiración que ha causado toda clase de males a la humanidad.

Una de las posturas de los conservadores es que su palabra, su voto vale por miles que no tienen su inteligencia, sus génes, recursos y calidad moral, es algo que he escuchado tantas veces en las marchas de la derecha que ya perdí la cuenta.

Cubrí la marcha en Toluca para mis redes sociales este domingo 3 de abril, en lugar de hacer deporte o pasear a mis perros en Paseo Colón como acostumbro, sacrifiqué esas actividades por cubrir la marcha para mis redes sociales de Divergente TS y Divergente Mex, y me encontré con lo que ya me esperaba, aunque en menor cantidad: “gente bien”, en su mayoría entrados en años, de buena posición social, bien vestidos y curiosamente en su mayoría blancos, güeros pues. He cubierto otras protestas más numerosas en la capital mexiquense, esta vez apenas alcanzaban 40 personas, eso sí, algo escandalosas y descabelladas en sus planteamientos. Por lo que pude ver después, corrieron la misma suerte otras ciudades del país.

Quiero insistir en la actitud supremacista de este grupo de la sociedad que marchó bajo el lema “terminas y te vas”, refiriéndose a “López” con ese talante de superioridad, de señoritingo de hacienda, de patrón explotador, de la señora de la casa que maltrata a “la chacha”, como el moderno “Gutierritos” regañado por su jefe que después de castigarlo lo echa a la calle.

Surgen muchas lecturas de la actitud que toman -todas negativas desgraciadamente- los que odian al presidente Andrés Manuel López Obrador, al proyecto que representa y a la gente que lo apoya, porque además de creerse superiores, son mentirosos, hipócritas, ven solo lo que les conviene, magnifican y descontextualizan cualquier hecho; son gritones, groseros y por si fuera poco, tienen mala ortografía.

Hay que aclarar que no todas las personas detractoras del presidente son así, pero pareciera que los que salen a marchar o están en los medios son sus mejores representantes: los videos recabados por el ejército de youtubers que muestran sin cortes lo que ocultan los medios convencionales. Dieron cuenta de un circo del ridículo con toda clase de expresiones desafortunadas, eso sí, todos asegurando que forman parte de la “población pensante de México”.

Insisto, estos supremacismos falsos nos están separando porque también se enfrentan a un ala también radical del pueblo que comulga con el presidente López Obrador, el cual sale a las calles a confrontarlos para enfrascarse en álgidas discusiones a gritos que en algunos momentos también rayan en el fanatismo.

En Divergente siempre hago énfasis en que vivimos la Revolución de las Ideas y que en ese campo hay que dar la batalla, ya no en el de los fusiles como en las anteriores tres revoluciones, sino con los argumentos que tengan como base el humanismo más esencial que es el de la igualdad y la lucha por el bien común, con amor al prójimo.

Como lo ha dicho el presidente, la reacción, es decir, el conservadurismo siempre ha sido violento, hipócrita y mentiroso, por el contrario, los liberales han luchado por las mejores causas y de eso da cuenta la historia de los grandes hombres que han conseguido los avances democráticos en México desde Hidalgo hasta Cárdenas o López Mateos.

En su mañanera del lunes López Obrador se refirió a las marchas y pidió que presentaran la foto de una señora que portaba una playera blanca con una leyenda que decía: “orgullosamente en contra del del K”, así es, agresiva y con faltas de ortografía.

Así como lo he venido advirtiendo en anteriores colaboraciones, lo reitero hoy: tenemos que serenarnos y luchar por las mejores causas dentro de un marco democrático, con igualdad y lejos de dogmas y mentiras que nos separan.