8 de octubre de 2018

La detención de Juan Carlos “N” y Patricia “N”, implicados en el homicidio y descuartizamiento de entre 10 y 20 mujeres en Ecatepec, obliga a las autoridades mexiquenses, a replantearse las causas que se encuentran detrás de la violencia feminicida en esa demarcación, pues ahora se constata la operación de “asesinos seriales” en la zona.

Se trata de una hipótesis que se había venido desestimando e incluso no aparecía entre las posibilidades que explicarán las causas de la escalada de violencia de género en el municipio, pero que con estas detenciones se expone por completo, señaló Xóchitl Arzola Vargas.

La activista de los colectivos Mujeres en Cadena y Red Andromeda, la cual, esta última, constituye un gran colectivo de asociaciones que este domingo marcharon, junto con vecinos de Jardines de Morelos, para exigir un alto a los feminicidios en la zona, aseguró que la detención de los dos sujetos, es inédito y rompe con los esquemas oficiales que se estaban explotando para explicarse el fenómeno feminicida en Ecatepec.

Dijo que la detención de los dos multihomicidas, coloca a Ecatepec, al mismo nivel que el caso del Campo Algodonero, de Ciudad Juárez Chihuahua, donde se por primera vez en México se planteó como hipótesis, la responsabilidad de asesinos seriales en la violencia feminicida, junto con bandas y asesinos solitarios, operando en la zona, señaló Xochit Arzola.

“Este caso viene a sacar a la luz otra vez el tema en Ecatepec, lo que si es que abre una investigación que no se había tocado en esta parte, pero si en Ciudad Juárez, con el tema del Campo Algodonero que llegó hasta la Corte Internacional que hablaba de asesinos seriales, esa hipótesis no llegaba aún al estado de México, la hipótesis aquí de las autoridades era hablar de parejas sentimentales con el tema de celos y ligados a relaciones personales o intrafamiliares”, señaló.

Indicó sin embargo que ahora la captura de los asesinos seriales recluidos desde el sábado en el penal de Chiconautla de Ecatepec, obligará a las autoridades a un replanteamiento de la estrategia.

Recordó incluso que pudiera no ser el único caso de homicidas seriales operando en la zona, lo que explicaría que Ecatepec, se encuentre a la cabeza de mayor número de asesinatos de mujeres jóvenes, principalmente, ya que a principios de año, se reportó un caso similar, en el que en un inmueble, había varias mujeres –algunas embarazadas-, secuestradas y algunas ya habían sido asesinadas.

Refirió que en ese caso, ocurrido apenas en septiembre pasado también en Ecatepec, se reportaron cinco mujeres embarazadas con vida, y al menos tres más a las que les habrían “extraído los bebes” estando ellas con vida, por lo cual murieron.

Dijo ambos casos, constituyen un “parteaguas” en el Estado de México, ya que abren la posibilidad de que se realicen indagatorias sobre el fenómeno feminicida de Ecatepec, pero desde el ángulo de la presencia de “asesinos seriales”.

CIFRAS

Arzola Vargas, mencionó que este año, ha sido particularmente violento en Ecatepec para las mujeres, pues ya se han documentado un total de 112 feminicidios (incluyendo los asesinatos dolosos, como marca la resolución de Mariana Lima de la SCJN) en todo el territorio, de los cuales solo en Ecatepec, han ocurrido 23.

Las cifras son resultado del conteo independiente, basado en medios de comunicación, que levanta la organización Mujeres en Cadena, mucho más confiable que el que realizan las autoridades de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, las cuales comenzaron a ocultar y maquillar cifras nuevamente desde la llegada de la nueva administración.

Asimismo la organización documentó 168 femnicidios en Edomex en 2017, de los cuales 21 ocurrieron en Ecatepec, mientras que 2016, considerado el año más violento, dejó 258 feminicidios en toda la entidad y de esos, 44 tan solo, ocurrieron en Ecatepec, concentrados sobre todo en Ciudad Jardín y Jardines de Morelos, en sus diversas secciones.

Lo anterior significa que en menos de tres años, a partir de enero del 2016, un total de 87 mujeres han sido asesinadas en Ecatepec, muchas reportadas primero como desaparecidas y cuyos restos aparecieron días después, en parajes solitarios, ríos, lotes baldíos, lugares abandonados o en plena vía pública.

La activista recordó que la resolución de Mariana Lima de la Suprema Corte de Justicia del Estado, señala que cualquier asesinato de mujer, debe ser investigado como feminicidio, hasta que no se demuestre lo contrario, de ahí el término que utiliza la organización para designar todos los asesinatos de mujeres, como feminicidios.

ASESINOS SERIALES

Cabe recordar que el más reciente caso de asesinos seriales en Edomex, fue el del microbusero, César Armando Librado Legorreta, quien secuestraba, violaba y asesinaba mujeres a bordo de un microbús en las inmediaciones de Naucalpan.

Este sujeto, apodado "el coqueto", es responsable del asesinato y violación de al menos ocho mujeres, de las cuales solo una, la primera, logró sobrevivir, no obstante la tardanza por dos años de las autoridades para dar con su paradero, hizo que Librado Legorreta aumentara en siete la cantidad de víctimas fatales.

Librado Legorreta comenzó la zaga de asesinatos en serie en los primeros meses del 2010, y no pudo detenerse, sino hasta que los casos –todos similares-, comenzaron a multiplicarse en la zona metropolitana del Valle de México, incluida la Ciudad de México, donde dejó varios de los cuerpos de sus víctimas, para supuestamente “despistar” a las autoridades.

De acuerdo a sus declaraciones, comenzó a raptar mujeres en un micro de la ruta 27 del municipio de Naucalpan, en Valle Dorado, al Metro Chapultepec, donde trabajaba. Después de esperar a que las víctimas –pasajeras- se quedaran solas a bordo de su unidad, Armando Librado cerraba con seguros las puertas, apagaba las luces y desviaba la ruta, para llevarlas a parajes solitarios donde abusaba de ellas y posteriormente las asesinaba, por temor, decía, a ser denunciado. Luego abandonaba los cuerpos, siempre en distintos sitios.

El “muñeco” solía despojar a las víctimas de sus pertenencias ya estando muertas, generalmente les quitaba ropa y teléfonos, para posteriormente venderlos o empeñarlos. De hecho fue gracias a uno de estos teléfonos, que regaló a su mujer, que se logró su ubicación y detención posterior.

Actualmente se encuentra recluido en una cárcel del Estado de México, cumpliendo varias sentencias acumuladas, por más de 500 años de prisión.

Después de “el coqueto”, ya no se habían tenido reportes de asesinos seriales en el Estado de México, sin embargo organizaciones de la sociedad civil, consideran que la captura de Juan Carlos N y Patricia N el jueves pasado, obliga a abrir esta línea de investigación, dentro de quienes estudian el fenómeno feminicida que se presenta en la zona oriente del territorio, tal como ocurrió en el caso del Campo Algodonero de Ciudad Juárez.