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Cómo hacer Home Office sin volverse loco

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Cómo hacer Home Office sin volverse loco



7 de abril de 2020

La situación actual alrededor del mundo, donde varios sectores principalmente enfocados a servicios tienen que continuar con sus actividades, está obligando a la sociedad a adoptar una modalidad de trabajo que en México apenas comenzaba a dar sus primeros pasos; estamos hablando del home office o teletrabajo.

Es por ello que he decidido compartir desde mi experiencia en esta modalidad de trabajo consejos para hacer más llevadero y productivo el trabajar desde casa. Prepárate desde antes

Al estar encerrado en casa, uno se da cuenta que, lejos de ser una oportunidad para la apatía, hay demasiado que hacer. Puede ser frustrante empezar la jornada o las labores mientras los pensamientos están en la cocina que no se ha trapeado o la basura que no se ha sacado. Y es normal, aunque esas situaciones siempre han estado, ahora las tienes prácticamente en tu lugar de trabajo. Por ello, es recomendable desde dos, o tres horas antes, hacer un poco de aseo en la casa. Para cuando termine la jornada terminarlo, si acaso.

El punto es tenerlo todo listo para no distraerte con pendientes domésticos mientras te encuentras en tu horario laboral.

Organización dentro y fuera

Una de las grandes ventajas del home office es que cualquier habitación de la casa puede ser ahora tu cubículo. En oficina, las opciones de personalización se limitan a unas cuantas fotos, una planta, y quizá algún adorno discreto. Aquí, literalmente tu habitación es tu oficina. Por supuesto, ello no quiere decir que tengas un desastre en tu propio lugar de trabajo. Ni siquiera en los procesos abiertos en tu computadora. En ambos escenarios, se presta a distracciones, dado que no es un ambiente tan controlado como una oficina. Es increíblemente fácil que la mente eche a volar de manera ociosa, por lo que se recomienda en estas situaciones “forzarte” a terminar aquello que estás haciendo. Eventualmente será más sencillo por el hábito.

Carrera contra ti mismo

Esto es útil incluso para cuando toque regresar a la oficina. Ponte tú mismo una hora límite, independientemente de la hora que fije tu jefe o jefa para entregar algo. En este sentido, hay un tip que, en lo personal, me ha servido. Imponerte el reto de ver qué tan lejos puedes llegar en el lapso de una canción. Si son labores pequeñas pero repetitivas, intenta terminar una o dos en el lapso de una canción, si son tareas más complejas que requieren más tiempo, álbumes enteros, o incluso podcasts en plataformas como Spotify o Ivoox. Estos últimos son útiles porque trabajas mientras aprendes y/o reflexionas (mis favoritos personales: Política NACOnal con Óscar Chavira y Donvix, y Fuera de la Caja con el gran Macario Schettino).

Incluso, eso sirve para ejercitar un poco tu concentración en dos cosas distintas, sin recurrir a disrupciones drásticas como la tele o YouTube.

No estás para nadie (mientras dure la jornada)

Mucha gente, por lo excepcional de esta circunstancia, piensa que el hacer home office es similar a no hacer nada, o estar de vacaciones. Nada más alejado de la realidad. A veces habrá llamadas o mensajes para ocuparte desde lo más trivial como un saludo hasta intenciones de plática que pueden amenazar por dañar seriamente tu productividad. Desde el principio, deja en claro a las personas que más en contacto quieren estar contigo que sigues activo y ocupado, eso evitará malentendidos después. Pongo también “durante la jornada” en el subtítulo porque tu tiempo va en dos sentidos: También es necesario dejar en claro a tu jefa o jefe que no por trabajar en casa estás disponible las 24 horas para ella o él. En redes sociales me he topado con muchos comentarios de usuarios cuya queja es que sienten que ahora trabajan horas extras porque el tiempo que usaban en trasladarse son requeridos por el jefe o la jefa para hacer algo más.

No te descuides

Parecería difícil pensar que uno no se alimenta bien, considerando que ahora trabaja en el mismo lugar donde tiene su cocina o su cama, pero sí es algo que pasa. Respeta tus propios horarios de comida, no importa qué. Aquí comparto un poco mi filosofía personal de que no vale la pena perder la vida intentando ganarla.

Diez minutos para hacer un poco de workout no te matarán a ti ni a tu jefe o jefa. Un snack ligero tampoco. Ello incluso ayudará a despejarte un poco mientras estás en casa.

No es para siempre

La realidad (y desde ya es necesario aclararlo), es que, independientemente de que esta medida es de emergencia y sin ninguna preparación mental, esta modalidad no es para todos. Para los más extrovertidos sin duda esto representa un choque brutal con su estilo de vida. Esta modalidad es para gente más introvertida. Por lo tanto, lo único que queda es enfocarse. Haciendo caso a la expresión anglosajona “eyes on the prize” (“ojos en el premio”) donde el premio es disfrutar el resto de tu tiempo libre, y lo que harás cuando termine la cuarentena. Pareciera que esta contingencia va a ser eterna, pero la realidad no es así. Cuando una persona se preocupa más por el fin de una situación, más se tarda ésta en llegar. Relájate, respira hondo, y de ser necesario, asómate un poco a la ventana por un poco de aire fresco.

Héctor Castañeda

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