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LA SONRISA DE ALEJANDRA

El 4 de junio del 2023 la oficialmente primera candidata mujer a la gubernatura del Estado de México por parte de la asociación priísta más longeva, corrupta y adinerada de México, Alejandra del Moral Vela, salió sonriendo frente a las cámaras del país para auto proclamarse triunfadora de las elecciones más peleadas de México.

NOTICIAS


LA SONRISA DE ALEJANDRA




26 de mayo del 2024


Debido a un ataque cibernético este contenido a tenido que volver a ser publicado  

  Eran exactamente las 18:00 horas con 21 minutos y su cita con la historia, como ocurría desde hace 94 años prácticamente, parecía que nuevamente se cumpliría pese a todos los pronósticos. Tenía que serlo… 

  No podía ser de otra manera tras más de nueve décadas de revolución institucionalizada en la que desfilaron 23 mandatarios, surgidos del mismo grupo, pero ninguna mujer por cierto. Siempre arrasando y arrollando, la “aplanadora” le decían.  

  Solo había un ligero detalle en esa conferencia de quien virtualmente pretendía convertirse en la primera jefa del Ejecutivo del Estado de México y número 24 en la lista de mandatarios –y ahora mandatarias- del Grupo Atlacomulco… 

  Frente al micrófono y de cara a ese enjambre de periodistas y camarógrafos que llegaron de golpe al salón donde se concentró su “cuartel de guerra”, a Del Moral le faltaba la contundencia, pero sobre todo argumentos irrebatibles que colocaran mejor su hipotético triunfo. Aun así el mensaje textualmente era claro, pese a lo cual la “prensa amiga” por primera vez no parecía convencida y se manejó con cautela, increíblemente casi nadie lo creía… 

  Lo anterior resultaba paradójico para quien como presidenta del Comité Directivo Estatal (CDE) del PRI en tres ocasiones distintas, había logrado llevar al triunfo a más 70 alcaldes priístas y prianistas, 40 diputados locales y a otros tantos federales entre 2018 y 2021, sin contar al gobernador que condujo directamente al palacio de gobierno en 2017 –bajo cuestionables prácticas políticas-, e indirectamente a otro más en 2011, como parte de su trayectoria de éxitos electorales. 

  No obstante las dudas y los indicios que apuntaban a un estrepitoso fracaso, Ale del Moral decidió sostener la sonrisa con ese destello burlón y casi cínico que la caracterizó en muchos momentos a lo largo de 59 días de campaña y aún antes, como cuando inundó avenidas, carreteras, calles, bardas, transportes, portadas –de revistas fantasma- y medios impresos en cerca de 400 espectaculares, con su jovial rostro sonriente antes de las precampañas. 

  También sonrió abiertamente –intentando generar confianza- a la hora de soltar aquello de: “¡Esta elección la ganamos!”, apenas unos minutos después del cierre de casillas, ante la mirada y oídos desconfiados de la “prensa amiga”. 

  “Con la información de nuestros representantes podemos decirles que esta elección la ganamos”, diría escuetamente durante la transmisión que apenas si duró 3 minutos y 12 segundos, mientras los dirigentes nacionales del PAN, MarKo Cortés, Alejandro Moreno del PRI y Jesús Zambrano del PRD, la rodeaban y vitoreaban en tanto otros priístas mejor informados, comenzaban a entrar en shock. 

  Ahí estaba por ejemplo el defenestrado Jorge Pérez Zamudio, ex coordinador de comunicación social del gobierno de Alfredo del Mazo, quien apostado en la entrada del salón de la derrota disfrazada de triunfo, asistía a la escena tan solo unos metros abajo del estrado con la vista perdida, en algunos momentos, como quien espera un milagro… ni que fueran los tiempos de Enrique Ochoa –dirían algunos-. 

  Todo en la vida de Pérez Zamudio había sido miel sobre hojuelas hasta el 22 de febrero del 2023, cuando fue obligado a renunciar a su cargo, tras ser exhibido públicamente por producir y enviar libelos contra Delfina Gómez desde su despacho de Palacio de Gobierno; finalmente esos mismos periodistas “amigos” que controló con chayotazos, terminaron por traicionarlo. 

  Su presencia en ese lugar y a esa hora determinante como parte del equipo de campaña de la candidata del PRIAN solo confirmaba una cosa: que nunca se había ido del tricolor.  

  Tras el albazo la tarde del 4 de junio por parte de la candidata oficial, los dirigentes nacionales del PRI y el PAN, explotaron en un instintivo y quizás desesperado grito de ¡gobernadora, gobernadora, gobernadora! con el puño en alto y lanzando golpes al aire, como si con eso lograran arrancarle a esa fatídica tarde prianista, lo que parecía cada vez más lejano. 

  También ahí estaba Jesús Zambrano del ralo Partido Del Sol Azteca (PRD), quien después de escuchar la proclama triunfadora reaccionó con un aplauso infantil y casi fuera de control, acaso olvidando o desconociendo que se trataba de un montaje –como todo lo que tiene que ver con los gobiernos priístas y hoy morenistas en Edomex-, por lo que al igual que “Alito” y de manera espontánea, levanto los brazos “triunfantes” de una candidata que, ahí mismo, se desinflaba en directo.  

 Por alguna razón a cada segundo que pasaba el grupo de políticos que rodeaban a la virtual “gobernadora”, lucía más huérfano, como que el cobijo del cíclico fraude parecía no alcanzarles. 

  Mirando la escena de frente en el flanco izquierdo pero muy alejado del cuadro central, ahí parado y desganado, estaba el adinerado panista vaquero de Huixquilucan, Enrique Vargas Del Villar, quien en agosto del 2022 pretendió disputarle de manera seria la candidatura de la asociación “Va por el Estado de México” a Alejandra Del Moral. 

  El “candidato Marlboro”, como comenzaron a llamarlo representantes de medios de comunicación local, había inundado apenas meses atrás y con sus propios espectaculares las avenidas principales de la capital y municipios del norponiente de Edomex, aunque sin rendirle cuentas a nadie del financiamiento de aquella campaña con reminiscencias del viejo oeste americano.  

  Sus docenas de espectaculares le competían el espacio visual a los de la propia Del Moral Vela y hasta a Higinio Martínez de Morena, quien lanzo su propia zaga de horribles espectaculares con su anticipadísima y cursi campaña “Mexiquenses del Corazón”. Todos sin justificar un solo centavo. Así es el Grupo Atlacomulco. 

  Por eso, en respuesta a sus pretensiones anticipadas, Del Villar recibiría por esas fechas una metralla de “fuego amigo”, en modo mediático, exhibiendo sus propios excesos, con presuntas residencias de lujo en Miami y videos filtrados sobre añejas rencillas que sostuvo con policías de la CDMX en 2015, videos en los cuales aparecía no solo más joven y obeso, sino también más prepotente. (https://www.theobserver.mx/2022/07/27/piden-investigar-a-enrique-vargas-por-su-departamento-en-miami/ ) (https://www.sinembargo.mx/06-08-2022/4233730 ). 

  Aun así Vargas del Villar ya rejuvenecido, delgado y listo para la campaña que ahí mismo se esfumaba y nunca protagonizaría, no parecía convencido de la proclama del triunfo de su candidata y simplemente se acotó a seguir el guion con un guango aplauso y la mirada dispersa entre los asistentes, como quien ha extraviado algo entre la multitud. Estaba impactado. 

  Como sea, el panista nunca pudo ponerse en “modo ganador”. 

  Mientras tanto la candidata Del Moral citaba como “fuente” de su declaratoria de anticipado triunfo, la cobertura total de representantes del PRI distribuidos en las más de 20 mil 400 casillas instaladas por el INE y el IEEM para la jornada.  

  Ningún dato adicional relativo a las votaciones como porcentajes, distritos o regiones donde necesariamente tendría que haber arrasado para sostener su teoría del triunfo.  

  Nada. 

  Pero claro no sería la primera vez que el PRI ganaba no con votos sino con prácticas cuestionables, como la ampliamente conocida coptación de funcionarios de mesas directivas de casilla, o la coacción de estructuras burocráticas incluyendo autoridades electorales y magistrados; suplantación o relleno de urnas, u otras actividades igualmente tramposas sobre terreno que se iban amontonando a lo largo de los procesos hasta configurar enormes fraudes. 

  Estas prácticas, a lo largo de más de 90 años, podían incluir desde pequeñas o medianas ilegalidades, hasta volteretas completas de las leyes para ponerlas a conveniencia del PRI, como la llamada “Ley Peña” del 2010, para evitar que el PAN y el PRD se aliaran en Edomex y pudieran vencer al PRI… quien lo diría. 

  “Tenemos cubiertas el 100% de las casillas” dijo la ex secretaria de desarrollo social para sustentar su teoría del triunfo ese 4 de junio del 2023, aunque por alguna razón inentendible la cruel realidad política de esa tarde histórica se negaba a encajar en el mundo paralelo prianista. 

  Pero aun así, la sonrisa de la candidata seguía ahí, no podía borrarla, es más tenía y debía sostenerla para generar impacto, ganar tiempo. 

  Era esa misma bella sonrisa casi cínica, pero no por eso menos bella, por la cual la escritora Sabina Berman le cuestionó cuando la entrevisto para su programa de Canal 11 en el mes de abril y le preguntó sobre su relación con Alejandro Moreno “Alito”. Instintivamente la candidata soltó unas risitas y hecho a un lado la cabeza, como queriendo ocultarla. 

  -¿Por qué te estás riendo? -le dijo la destacada escritora y periodista, que sonreía también por reflejo-.  

  -No me estoy riendo-, respondió Del Moral, sin poder evitar ese gesto feliz que denotaba desparpajo, justo poco después de que rechazara tener relación alguna el Grupo Atlacomulco, asegurando incluso que “ni los conocía”, solo que había un detalle: desde octubre alguien le había tomado una foto posando junto a Camacho Quiroz, Emilio Chuayffet , Alfredo Baranda, Eruviel y Arturo Montiel, saliendo de un desayuno juntos, cuando su candidatura estaba en ciernes. 

  Esa risa era muy parecida a la que se le vio y escucho el 18 de abril, cuando invitó al “mapacherio de duro cuño” a romper las reglas de “buena conducta” y ganar a como fuera.  

  -“Hagan lo que saben hacer, para bien o para mal… queremos constancia de mayoría no de buena conducta”-, les dijo en una frase que se propagó como pólvora en las redes sociales, casi igual que en aquel otro video en el que les exigía a sus operadoras: “Dejen las grillas en sus casas, guárdenlas en sus cajones y rómpanse la madre para ganar la elección”. 

  Tampoco eso sirvió. Ni el acarreo de infantes y adolescentes uniformados a los mítines, ni los operativos nocturnos para comprar votos en comunidades indígenas –de a 500 pesos por cabeza-, ni el evidente “fraude chiquito” en las prisiones, ni el aparente relleno de urnas en 20 distritos operados por el PAN –como revelaría una semana después El País- y ni con todas las autoridades electorales a “modo” habrían servido de algo. ¡Carajo! 

  Tampoco al parecer impactaron las dos campañas anticipadas con cientos de espectaculares con que el tricolor, su pre candidata y el presidente del PRI, Eric Sevilla, inundaron el territorio a mediados del 2022 y principios del 2023 –en anticipadísimas y cuestionables pre-precampañas-, para no transparentar un solo centavo de ese gasto. 

  Y quien puede olvidar la supuesta “exclusiva” que dio la candidata a una revista inexistente en el mercado y con cuya portada –de un ejemplar que nunca circuló en los puestos de periódicos-, tapizó el territorio con alrededor de 400 espectaculares invitando a los lectores a “adquirirla”. (https://www.theobserver.mx/2023/01/04/la-falsa-portada-de-alejandra-del-moral-en-cientos-de-espectaculares/ ) 

  Se trataba de la primera patraña electoral de la temporada. 

  Un embute de tamaño monumental que ninguna autoridad vio y del cual el Tribunal Electoral del Estado de México (IEEM) se tardó intencionadamente en absolver tan solo 24 horas antes del inicio formal de las campañas, para garantizarle impunidad y “taparle el ojo al macho”. 

  Por si fuera poco los ejércitos de “valientes” que Alejandra del Moral convocaba a gritos en sus mítines para lanzarse a la “Batalla Maestra” del 4 de junio y marchar por la paradójica “ruta de la reconciliación” a lo largo de los más de 70 municipios recorridos, se quedaron en la retaguardia, replegaron, rindieron las armas o de plano desertaron.  

  Nadie o muy pocos quisieron saber nada más de “salarios rosas” en versión “familiar”, ni de programas revolcados de seguridad pública tras 23 gobiernos inseguros, represores y criminalizantes del viejo partido; ni del regreso de las “estancias infantiles” que enriquecieron a familias completas de panistas y priístas a partir del sexenio de Felipe Calderón; ni la vuelta al “seguro popular mexiquense” saqueado por Eruviel Ávila en vísperas de los comicios del 2017 (con pacientes sobre cartones, 10 hospitales en obra negra y contrataciones fantasma o a sobreprecios). 

  Bueno ni siquiera parecía haber servido de algo la impresión de 12.7 millones de boletas con cinco recuadros para votar a su favor–- uno por cada partido de la alianza y sus combinaciones-, y solo uno para su contendiente; ni el haber reeditado el robo –vía descuentos-, al salario de trabajadores durante el gobierno municipal de Delfina en Texcoco (2013-2015) –lo que sí ocurrió-; ni tampoco su tono de burla, risotadas y comentarios discriminatorios durante los dos debates del 20 de abril y 18 mayo, junto con las entrevistas que concedió a medios controlados con propaganda de gobierno y en programas televisivos y spots, ante la pasividad muda y ciega del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM). 

  ¡Por Dios!, ni siquiera la campaña negra con noticias falsas contra la candidata de la supuesta izquierda, lanzada desde todos los medios alineados y pagados con publicidad gubernamental y las estaciones oficiales de Radio y Televisión Mexiquense; ni la tardía y casi inexistente campaña del IEEM para promocionar el voto sirvieron de algo, lo que eventualmente desplomó la participación casi tres puntos. 

  ¡Todo lo hicieron mal..!, pensaría la fotogénica candidata del prianismo local. 

  O quizás Del Moral habría olvidado por completo que en 2018 Gómez Álvarez ya le había arrebatado el escaño por el Senado y quizás por amnesia más que por soberbia también borró de la memoria su descomunal primera derrota en esos comicios concurrentes, cuando el efecto AMLO, le arrebató la mayoría absoluta en el Congreso Local –coptada o comprada anticipadamente por Del Mazo- y más de 70 municipios y más de la mitad de los distritos. 

  Pero si bien la candidata de la Alianza en los comicios locales del 2021, otra vez como dirigente del PRI, había logrado remontar recuperando 27 municipios y 22 diputaciones locales, a esas horas del 4 de junio del 2023, todo indicaba que los triunfos de entonces no serían confirmados solo dos años después. La gente estaba harta. 

  La campaña de miedo que busco propagar mediante una campaña de fake news en directo durante sus más de 70 mítines también fracasaría. 

  Se trataba de una estrategia mediática y discursiva basada en mentiras y verdades a medias para bombardear la 4T y a López Obrador, en un intento de paso por desviar la atención de la falta de resultados, corrupción extendida y saqueos del gobierno Delmacista del que formó parte.  

  Todo en conjunto terminaría por hundirla. 

  Y es que el discurso catastrofista que Alejandra del Moral gritaba en cada plaza –bajo el guión dictado por Alito y Marko- de que “Morena es una tragedia para México” o que “Morena es la destrucción de México”, no desató la histeria colectiva que esperaban. 

  Tras 59 días de campaña en esa línea lo único que terminó destruido fue la votación priianista, sobre todo porque la tragedia ya estaba instalada. 

  Aun así Del Moral en ese tiempo seguía lanzando frenéticas sentencias que nadie creía, mientras que la texcocana desde el 15 de enero del 2023, cuando arrancó la precampaña, le regaló lo que entonces se antojaba como una premonición: 

  - “El final de la larga noche oscura en Edomex está cerca”. 

  Y sí, a la peor tarde-noche de Del Moral Vela aún le faltaba el colofón. 

  A las 20:00 horas con 41 minutos de ese histórico 4 de junio, la consejera presidenta del Instituto Electoral (IEEM) Amalia Pulido, salió a dar los resultados del conteo rápido con el que Delfina Gómez llevaba una extraña ventaja de nueve puntos, aunque las encuestas previas más serias tan solo una semana antes, le daban una diferencia de entre 18 y 20 dígitos.  

  Lo anterior significaba que para las encuestadoras Del Moral prácticamente no había crecido nada, o se había estirado artificialmente y luego achicado de nuevo hasta prácticamente el mismo punto de arranque. 

  Pero ahí estaba esa noche interminable para el priísmo de élite. 

  Amalia Pulido dijo que de acuerdo al conteo preliminar la candidata Alejandra del Moral, tendría una votación de entre 43 y 45.2%, contra una votación de entre 52.1 y 54.2% para la Maestra Delfina Gómez Álvarez. 

  Tras la lectura del resultado vendría un silencio de luto en la sala de sesiones del organismo “autónomo”, como si alguien hubiera hecho mal, muy mal, su trabajo y como si el cadáver político de un anciano se hubiera instalado en medio del salón de plenos y ahí mismo comenzara a apestar. 

  Y quizás así era.  

  Las tendencias de la noche apuntaban al desmoronamiento electoral del tricolor con su estelar Grupo Atlacomulco que por vez primera se hacía polvo frente a la vista de todo mundo; el abuelo nonagenario, obeso, añejo y ahogado en sus propios excesos, daba sus últimos estertores en ese sepulcral salón del plenos. 

  Se trataba de ese mismo espacio oficial donde desde que inició el proceso la violencia política de género se desató abiertamente contra una de las candidatas ante la omisión deliberada de la mayoría de las consejeras, quienes no oyeron ni escucharon nada y que para simularlo mejor, realizaron foros, emitieron reglamentos y llevaron conferencias a universidades públicas sobre “violencia política de género”, pero de práctica cero. 

  Era esa misma violencia de género que infestó al organismo dos años antes y que denunciarían la propia consejera Karina Vaquera y la ex titular de la unidad de comunicación social del propio organismo, Verónica Veloz en un artículo del libro “El Infierno Electoral” (Barranco Bernardo –coord.-, el Regreso al Infierno Electoral, México, Grijalbo, 2023) . 

  Paradójicamente el primer consejo integrado por mujeres casi por completo, podría pasar a la historia como quizás el más misógino, pero también por el de peor desempeño ante la ausencia de auténtico debate, posturas planas y sin crítica, pero sobre todo como resultado de haber sido coptado por Alfredo Del Mazo desde finales del 2021, cuando hizo despedir a cinco altos funcionarios que ocupaban direcciones y unidades clave para el proceso. 

  En su lugar los sustituyó por personajes ligados tangencialmente con su gabinete, a su primo Peña Nieto y hasta a Genaro García Luna, denunciaría tempranamente el representante del Partido del Trabajo (PT). 

  Ni esa operación de Estado sirvió. Con todo, lo inevitable vendría esa noche del 4 de junio, por la que los mexiquenses esperaron medio siglo, sino que poco más. Tras darse el resultado oficial del conteo rápido a las 21:00 horas con 36 minutos, finalmente Alfredo del Mazo Maza entregó las armas. 

  Mediante un escueto tuit de su cuenta personal, el último mandatario de la zaga Grupo Atlacomulco que por vías de su abuelo -junto con Isidro Fabela- habría participado en la usurpación de la gubernatura tras el magnicidio de Alfredo Zárate Albarrán en 1942, reconoció el triunfo de Delfina Gómez, e incluso le deseo éxito. “Hoy los mexiquenses en un ejercicio de participación democrática, en absoluto respeto y libertad, eligieron a quien dirigirá el rumbo de nuestro estado durante los próximos seis años. Reconocemos a la Maestra @delfinagomeza por su triunfo en esta elección y le deseamos el mayor de los éxitos por el bien del Estado de México”, señalaba en el mensaje que desataría a las huestes priístas reprochándole haber abandonado a Alejandra del Moral, y no haber hecho lo que los priístas mejor saben hacer: robarse elecciones. 

  Casi simultáneamente a las 21:00 horas pero con 27 minutos de esa noche del 4 de junio, Del Moral Vela volvió arrastrando su derrota hasta las cámaras para declarar el derrumbe del consorcio de partidos con el cual, como lo pretendía en sus mítines, esperaban iniciar desde el Estado de México la “reconstrucción” neoliberal en el país hasta consolidarlo de nuevo en 2024. Al parecer no será. 

  “El futuro de México pasa por el Estado de México nuestra casa. ¡Todo lo que nos jugamos el 4 de junio es lo que más queremos. El PAN, el PRI, el PRD y Nueva Alianza, somos un solo esquipo. ¡Nuestro triunfo va a resonar en todo el país¡”, se le escuchaba alardear en uno de los últimos spots que circularon antes de la contienda, reproduciendo su voz en off en todas las redes sociales y radios locales una y mil veces, hasta el hartazgo. 

  En vísperas del cierre de campaña se difundía la propaganda con imágenes aéreas captadas desde drones sobre algunos mítines de la “candidata de la reconciliación” llamando con “batucadas de guerra” al nocaut final, alternadas con cuadros de panistas y perredistas aplaudiendo y abrazándose felices en medio de confetis y sonrisas congeladas. 

  Los spots televisivos “de los últimos días” remataban con imágenes de la candidata del oficialismo rodeada del ala dura del PAN, ahí aparecían Marko Cortés, Xóchitl Gálvez, Kenia López Rabadán y Enrique de la Madrid –una imagen incidental con “Juanito” con su cinta tricolor alrededor de la frente- y el eterno infiltrado en las nóminas gubernamentales, Enrique Jacob, realizando una cadena de brazos triunfantes en alto y alegría despreocupada, mientras el dron lanza una última imagen, desplazándose hacia atrás a gran velocidad… 

  Corte. 

  Eso ya no será. 

  Tan solo minutos antes de iniciar el histórico discurso de la derrota en un hotel del Paseo Tollocan, hasta donde arribaron los héroes del príanismo tras librar la gran “Batalla Maestra” -con raspones, chipotes y heridas electorales de esas que comprometen la vida política-, comenzaron a circular entre periodistas imágenes de la candidata captadas momentos previos a su segunda declaración de la jornada.  

  Apenas habían transcurrido unas cuantas horas de su primer acto y Del Moral lucía desencajada, demacrada, con las mejillas sumidas y con un gesto de la incredulidad más absoluta, con las cejas arqueadas, ojeras y su desmoralizado saco rosa. 

  Alguien había tomado la foto al parecer momentos antes de que subiera a ese estrado que iba llenándose de líderes, seguidores y los más cercanos colaboradores de su cuartel de guerra. 

  Al lado aparecía Eric Sevilla, dirigente estatal del PRI, aún con su camisa blanca de mangas arremangadas –modelo Peña 2012: “ Listo para rescatar a México”-, con quien la “candidata valiente” compartió y alternó por casi seis años consecutivos puestos públicos, encargos partidistas, cuestionables contratos millonarios, cientos de espectaculares, dudosos triunfos en 2021 y una nueva derrota descomunal.  

  Sí, se necesitaba ser valiente para tanto. 

  Apenas habían transcurrido tres horas de su temprana-supuesta “victoria” cuando frente a docenas de medios de comunicación y rodeada de algunos de los mismos políticos con los que recién había aparecido apenas189 minutos antes, salió a admitir su fracaso electoral en cadena. 

  Para entonces Alito Moreno y Marko Cortés habían evadido la escena trágica. Para el segundo acto simplemente se esfumaron. 

  En tono pausado y serio y en un mensaje que no le llevó más de un minuto en su parte central, Del Moral vivió la derrota en carne propia, pero esta era diferente a las que estaba acostumbrada a infligir a sus adversarios, se trataba de una amplia, contundente y con el voto masivo de los mexiquenses, sin trucos, ni urnas suplantadas –como lo hicieron en 2017-, ni rellenas como en 2005, ni con fraudes de Estado como en 2011, 2017 y hasta en 2021, no había tarjetas Monex, ni tarjetas La Valedora, tarjetas Salario Rosa ni de Banorte como en 2011 y 2017; ni cabezas de cerdo escurriendo de sangre y lanzadas en medio de las calles de municipios del oriente de la entidad; ni detenciones arbitrarias de líderes vecinales en campañas, ni suplantación masiva de representantes de casilla o la “compra” de ellos como en 2018 y 2021, ni chavos en moto comprando y pagando votos como viles sicarios como ocurrió en 2021. No.  

  La gente rechazó sus ofertas de campaña, sus tarjetas y se resistió a su saco rosa tono “cruces de feminicidios”, de esas que pueblan los panteones, bordean las plazas públicas de Edomex y recuerdan la tragedia de las mujeres mexiquenses. 

  Fue un “no otra vez por favor”. Y sí, fue masivo. 

  “Felicito al pueblo mexiquense que ha expresado su voluntad con toda claridad en las urnas. Saludo a la Maestra Delfina Gómez Álvarez que será la próxima gobernadora del Estado de México y le deseo todo el éxito por el bien de las familias del Estado de México. En democracia lo he dicho siempre, para poder ganar hay que poder saber perder”, aseguró con voz apagada. 

  Era un hecho y un drama para el priísmo de alcurnia.  

  Paradójicamente la hija de una sencilla ama de casa de nombre Catarina Álvarez Maldonado y del señor José Guadalupe Gómez Pérez de oficio albañil, echo a la mítica oligarquía del Palacio de Gobierno localizado en la avenida Lerdo de Toluca, que por casi diez décadas operó como una auténtica muralla de defensa contra cualquier insurrección democrática. 

  La muralla caería esa noche. Aparentemente. 

  El conteo rápido le daba a la candidata del Grupo Texcoco nueve puntos de ventaja y el Programa de Resultados Preliminares (PREP) del IEEM, finalizaría a las 18:00 horas del 5 de junio ajustando mágicamente la cifra con 3 millones 272 mil 106 votos para su coalición (52.65% de votación) y 2 millones 755 mil 532 votos para la aspirante del Frente Por el Estado de México, equivalentes al 44.34%.  

  Tenía que haber congruencia entre el conteo de votos y el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP); luego se ajustarían las cifras en tribunales. Las encuestas fallaron o hasta el último momento las élites de Texcoco y del Grupo Atlacomulco se arreglaron en la mesa. 

  Pero por entonces ninguno defendió ni atacó prácticamente nada en el poselectoral, pactando así la transición más aterciopelada del mundo. 

  A las 21:00 horas con 33 minutos a Alejandra del Moral se le borró la sonrisa. 

  CLAVES DE LA DERROTA 

  Para el periodista Macario Lozano, si bien el PRI comenzó a dar signos de debilitamiento desde tres lustros antes, hay al menos dos condiciones que fueron determinantes para la caída en 2023 del Grupo Atlacomulco: el alejamiento del PRI en Edomex de las causas ciudadanas y los excesos de sus últimos gobiernos.  

  El PRI dejó de servirle a la gente como agente de cambio y mejora para la población. Eso era claro. 

  Entrevistado en el restaurante el Biarritz donde cada día reporteros y columnistas locales se reúnen para tomar café y ponerse al día, Macario hace un análisis profundo, en medio de los ruidosos choques de vajillas. 

  -¿Cuáles crees que fueron las claves de la estrepitosa derrota del PRI y sus aliados en las pasadas elecciones?, le cuestionamos a quien es sin duda una de las mentes más brillantes –y éticas- del periodismo local. 

  - Fundamentalmente yo creo que fueron el alejamiento del PRI de la población… la desatención a sus problemas, porque el PRI todo mundo sabe que el PRI siempre ha sido corrupto, pero antes, además de que era corrupto cuando menos también resolvía problemas y estaba cerca de la población, es decir antes los pueblos pequeños tuvieron luz, tuvieron drenaje, redes de agua potable, hacían eso, entonces es que a partir de Peña, incluso en la segunda parte de la mitad del gobierno de Peña, si no es que desde el principio, todo eso se perdió, ya nada más robaron-, asegura el periodista que con casi 80 años, es uno de los testigos mejor documentados sobre el ascenso, el cenit y el derrumbe electoral del priísmo y sus élites. 

  -Entonces por eso el estado se cayó como no te imaginas y hay cosas que no se notan, pero que son muy ilustrativas de lo que pasó en el Estado de México, por ejemplo el Estado tiene como el 14% de la población nacional y ni siquiera se da cuenta la clase política mexiquense priísta de que ellos se jactan de que aporta el Estado de México cerca del 9% del Producto Interno Bruto (PIB), son cifras y comparaciones que no impresionan porque no son de alto impacto pues, pero si somos el 14% -de la población-, para que estés a nivel de productividad del promedio nacional que tampoco es muy alto tienes que tener el 14% -del PIB-, pero si aporta menos del 9%, imagínate cuánto le falta para estar en el promedio; entonces eso quiere decir que por eso hay una pobreza extrema muy profunda y muy grande, por eso, porque la actividad económica se cayó mucho en el Estado de México, ya no es la potencia que fue; hasta eso se desatendió me refiero a las condiciones de vida de la gente, por un lado, se desatendió el desarrollo económico, no hubo políticas públicas de Estado que vieran el desarrollo, eso lo ganaron otros estados y aquí hay una “desindustrialización” es decir, muchas industrias se fueron y aquí llegó a ser vanguardia y motor de la industrialización en el país, sobre todo en la década de los 50´s que se asentó mucho con Hank González y todavía Alfredo del Mazo (Alfred II), pero todo eso se perdió –insiste-, entonces la consecuencia de eso es que la gente se sintió abandonada, y lo estaba- destaca Macario, sintetizando y documentando con rigor, justo como escribe sus columnas, buena parte de lo que llevó al PRI al fracaso del 4 de junio.  

  -Simplemente dejo de dar resultados, y desde hace mucho- sostiene el destacado periodista. 

  Macario recuerda que antes de la llegada de Peña Nieto al poder, había audiencias públicas y giras de trabajo en las cuales los mandatarios compensaban de algún modo la corrupción que iba en aumento, con la búsqueda si no de un contacto regular con los ciudadanos, al menos cuidando la conexión social entre el gobierno y el partido. 

  “Todo eso se perdió –sostiene el reportero de origen guerrerense-, entonces la consecuencia de eso es que la gente se sintió abandonada y lo estaba, no solamente era sentirse”. 

  El fundador del pequeño pero crítico e independiente semanario “El Espectador” que circula en la capital y que puntualmente reparte el propio Macario en mano, recuerda que antes, durante el esplendor del priísmo local, había audiencias públicas y la gente venía libremente, planteaba sus problemas y los atendían, o al menos lo intentaban. 

  -¿Qué si eran corruptos?, sí eran corruptos, no solo los del Grupo Atlacomulco, todos eran corruptos… y lo eran todos los priístas de los 30 estados y todos los territorios incluido el Distrito Federal”- sostiene el analista, pero también advierte que aun así “el partido mantenía una conexión con la gente y le daba peso”, pero luego ese eslabón social se perdió”, asegura. 

  Desde su perspectiva se llegó a un punto en la entidad mexiquense de que “todo eso se difumino, quedo en el pasado”, aunque estimó que esta ruptura entre el partido y la gente quedó más en evidencia durante el gobierno estatal de Enrique Peña (2005-2011). 

  Lozano considera que a la postre lo que provocaría este desapego y desinterés por las causas y sentires ciudadanos, sería a su vez el cansancio y hartazgo de la gente. “Cansaron a la gente”, punto. 

  Entre más chasquidos de vajillas, murmullos del radiopasillo del día, chismes post electorales y golpes de cubiertos contra las tazas con más café –de ese malísimo que se sirve ahí-, pregunto si habrá sido la desatención social únicamente, o cuales serían las otras razones del derrumbe del 4 de junio. 

  Macario no lo piensa tanto, asegura que el PRI del Estado de México se alejó de la gente y fue correspondido, el affaire de 80 años, que con Peña Nieto daba muestras claras de recelo, entró en crisis. Pero no les importó, advierte. 

  “Así como el PRI abandonó a la gente, así como los gobernantes del PRI abandonaron a la gente, también la gente abandonó al PRI, le correspondieron… y se expresó en las urnas”, sentencia Lozano entre esos giros lapidarios que sorprenden por su contundencia. 

  -Crees que este abandono social, casi mutuo, fue reciente o ya venía de más atrás, preguntamos intentando ahondar en el análisis. 

  - Creo que es a partir de Peña, de su gestión estatal –no federal-, porque incluso con Arturo Montiel Rojas la gente seguía al PRI y el PRI todavía resolvía problemas sociales… ¿Que era corruptos?, sí eran corruptos como siempre pues, pero todavía resolvían y después solo les quedó lo corruptos- destaca Macario entre las risas que desata ante lo descarnado pero real de sus conclusiones. 

  -Ante esas condiciones era obvio que iban a perder, y no solo eso –advierte-, terminó perdiendo junto con el PAN y con el PRD –imagínate, me dice-, ya no fue solo la derrota del PRI, el PRI perdió aún con el apoyo del PAN, su adversario ideológico histórico y con el PRD también, su otro adversario ideológico –en teoría-. A pesar de eso perdieron, reitera Macario y cuestiona como sentencia final: ¿Cómo estaría la gente de inconforme? 

  Macario fue socio fundador y corresponsal del diario Uno Más Uno y es a la fecha, un prominente e influyente periodista de la entidad, podría decirse sin lugar a dudas que fue un avanzado en su época al hacer escuela en el periodismo de datos cuando el termino ni siquiera se había acuñado para describir o definir ese tipo de reporteo basado en la documentación de los fenómenos, a partir del dato duro, la numeralia y los cálculos matemáticos. 

  También es ampliamente reconocido por sus altos niveles éticos, formación universitaria (UNAM) y aguerrido defensor de los derechos ciudadanos y la libertad de expresión.  

  No solo eso, Macario adelantó en cada época que transitada, fue el primero que se lanzó a diseñar un programa crítico frente a cámaras, cuando el Youtube era una plataforma rudimentaria y los llamados “yutuberos” ni siquiera existían. Su programa crítico semanal se difundía mediante otras plataformas de internet que fueron precursoras de aquel y los videos que grababa y reproducía en copias de CD´s, se compartían y distribuían casi clandestinamente de mano en mano. 

  Así buscaba apoyo para solventar su trabajo de análisis crítico; los programas de media hora los realizaba al lado de la periodista Violeta Huerta – yo ocasionalmente-, con producciones casi caseras, una cámara enfrente, una mesa con dos sillas y va con todo… 

  Quienes pasamos por su rigurosa formación práctica, conocimos –y sufrimos- su exigente dirección en el Ocho Columnas; así adquirimos una escuela que da predominio al dato duro “seco y meco” como vocación cotidiana antepuesta al periodismo de “declaraciones” que aún predomina en los medios locales (excepto en el caso del periodismo de opinión); la auto-exigencia, la formación continua, la ética como racero propio, la competencia por la exclusiva y la vacuna contra el miedo al poder.  

  Así nos curtió Macario. 

  En medio del ruido aquel que antecede a la preparación de la nueva oleada de comensales, segundo turno en El Biarritz, después de la tanda de desayunos y almuerzos trasnochados, le pregunto a Macario si el derrumbe del Grupo Atlacomulco en las pasadas elecciones será temporal o es definitiva, si cree que sea un hecho su disipación como mafia política. 

  -Si se les fue la gente cuando eran gobierno, como opositores imagínate que le pueden ofrecer –a los ciudadanos- por una parte, dice, por la otra… no está el PRI acostumbrado a ser opositor-, sentencia. 

  A partir de lo anterior se aventura a pronosticar un “futuro negro” para el tricolor mexiquense, suponiendo que no haya traiciones de por medio o que quienes llegaron no sean los mismos, pero ahora vestidos de guinda… 

  Partiendo de este supuesto, asegura que “el PRI estuvo acostumbrado siempre a operar el mismo partido incluso como una dependencia del gobierno, con recursos del gobierno, entonces, todo eso ya no existe”, asegura. 

  Recuerda que era tal la simbiosis del PRI y los gobiernos estatales, que el edificio donde estaba la sede del tricolor en la calle Vicente Villada hace muchos años, en realidad era un edificio propiedad del gobierno del Estado de México. 

  Pero ese PRI, asegura, sí gestionaba y sí le hacían caso. 

  -Claro a veces de acuerdo mmm, pues… como las peleas arregladas, o sea decían tú gestióname esto y yo hago aquello, pero al final resolvían cosas y uno decía, ah bueno pues resuelve cosas de la gente y está trabajando, pero después ya no les importó nada- señala el periodista recordando el cinismo al que llegó el partido y los gobiernos más recientes. Ya nada les importaba, dice, solo robar. 

  Macario recuerda como símbolo de ese divorcio con la gente, que fue el propio gobierno estatal el que introdujo las vallas en los espacios públicos, marcando así físicamente, su distanciamiento de la población. 

  Y es verdad, estas vallas irrumpieron en la estampa toluqueña una buena mañana de la mitad del gobierno de Enrique Peña y nunca se fueron. 

  Incluso con Eruviel Ávila las vallas comenzaron a coptar y cortar los accesos a los espacios públicos, hasta que llegaron a la plaza principal y se instalaron en caprichosas formas que limitaban en extremo el derecho a la libre manifestación, pero también al libre tránsito peatonal. De ese tamaño. 

  Y fue el 16 de septiembre del 2017, cuando Alfredo del Mazo no solo impuso un estado de “vallas” permanente en la Plaza Cívica, sino que asumió el poder detrás de filas y filas de estos artefactos que rodeaban por completo el Palacio de Gobierno. Del Mazo pintó su raya de vallas en relación al pueblo desde el día uno y así se siguió todo el sexenio completo. El oligarca no solo tenía un palacio, se amuralló detrás de vallas infranqueables y sordas. 

  “Ellos empezaron con las vallas, las vallas aíslan el poder público del pueblo”, resume Macario. 

  -¿Son muy simbólicas no?, le reviro picando más al periodista. 

  -Claro, claro son la separación, la división, el distanciamiento, el divorcio… los ciudadanos y ellos no estaban en la misma onda, los ciudadanos lo sabían-, agrega. También recuerda que de algún modo a Arturo Montiel todavía lo seguía la gente. Asegura que cuando ese mandatario salía de gira, la gente –dice- “de verdad lo recibía bien, la gente lo buscaba, se veía la espontaneidad, no se veía que estuvieran adiestrados, todavía me toco cubrir giras de él, pero después de él ya se perdió ese contacto con el pueblo y ahí están los resultados”, advierte. 

  Para Macario se antoja difícil que desde la oposición el PRI se restaure en el poder, que lo recupere tras su debacle de mediados del 2023. 

  -Imagínate sin dinero… el PRI sin dinero no puede ni sabe cómo hacer trabajo político- señala el periodista, quien también considera que si algo pudieran conservar los magnates del Grupo Atlacomulco es poder económico, porque todos se hicieron ricos-, advierte pero también admite que hay una clase empresarial vinculada al PRI que también es poderosa.  

  Eso es un hecho, advierte, pero ya no es lo mismo. 

  -Los políticos generalmente son generosos con otra gente con dinero público, de su bolsa no son generosos, tampoco los empresarios son generosos de su bolsa, ya estando en ese plan de es mío, ya no lo son- reflexiona Macario-, quien considera ahora poco probable que aquella clase oligarca que se enriqueció desproporcionadamente saqueando los fondos de los presupuestos, intente ahora jugar a la inversa para recuperar el poder que se les fue de las manos, probablemente para siempre. 

  Bajo la batuta de Macario, quienes llegaban al Ocho Columnas pidiendo una oportunidad aunque supieran nada de periodismo, eran sometidos a un estricto aprendizaje práctico del decano y había cosas que nunca se discutían, como la falta de datos duros, de fuentes fiables o documentales, que sustentaran las notas –bien contextualizadas.- por muy modestas que fueran.  

  No faltaban los “la haces de nuevo” mientras rompía en tus narices las hojas que entregabas y ahí mismo las lanzaba al bote de basura más cercano, luego de leer con exhaustividad, como si fuera el examen de vida del reportero, las notas. Era tan estricto que las rayoneaba y si ponías porcentajes o números sacaba su calculadora para verificar lo ahí puesto. Si no cuadraban los números, estabas en problemas, eso seguro. 

  En el camino muchos de esos pupilos se desviaron, no aguantaron, se desesperaron y buscaron el periodismo que deja ganancia. Macario no era de esos. Fue perseguido y vetado por los últimos dos gobiernos priistas –Eruviel y Del Mazo- y a la par nos convertimos en periodistas incómodos del régimen. Cada quien por su lado. 

  A pesar de su avanzada edad y en medio de la atroz pandemia que nos distancio por tres años continuos, sumado a mi secuestro y exilio, mi reencuentro feliz con Macario se dio recién en octubre pasado a las puertas de Palacio de Gobierno, donde nuevamente nos cerraron el paso y no nos dejaron entrar. 

  La última vez que lo había visto fue en fotos, cuando marchó llevando una pancarta con mi foto, en la que exigía justicia para mí (quiero llorar). 

  Hasta entonces, nos reencontramos en medio de ese tumulto de reporteros. 

  Queríamos ver el primer ensayo de “audiencia pública” de Delfina Gómez, pero había ordenes –inexplicablemente- de no dejarnos entrar. Ni siquiera respetaron la edad avanzada de Macario, de pie, en medio del tumulto y a plomo de sol frente a aquellas vallas infranqueables de un gobierno que se vende como diferente. En fin, nos fuimos al Biarritz y ahí platicamos sobre esas claves de la supuesta derrota electoral del Grupo Atlacomulco. 

  El Perpetuo Poder 

  Violeta Huerta es una de las periodistas más sólidas que se tienen en el Estado de México, con una larga trayectoria en la cobertura de la política local y también, en diversos momentos, una de las más apasionadas defensoras de la Libertad de Expresión y combativa de los abusos de poder contra los medios y periodistas en específico. 

  Junta a ella hemos organizado marchas de última hora para exigir garantías para el ejercicio periodístico ante atropellos contra otras y otros compañeros por parte de cuerpos policiacos, también junto a ella hemos marchado y hecho plantones frente a palacio de gobierno, para demandar y denunciar abusos contra el gremio, o nos peleamos juntas con políticos en mesas convocadas para defender posturas de libertad plena en el ejercicio periodístico. 

  Ambas formamos un mini equipo crítico en la discusión de lo que terminó siendo la Ley de Protección de Periodistas y Defensores de Derechos Humanos del Estado de México, en un largo proceso que al final terminó en el boicot del organismo rector -cuya integración considera la propia ley-, al quedar al frente de periodistas de escritorio que reciben chayos y publicidad para sus medios. 

  Quedamos fuera.  

  Violeta ha ejercido el periodismo en El Sol de Toluca por más de 20 años y ha colaborado con otros medios locales, además de fundar otros dirigidos a nichos específicos interesados en la política y también fue precursora del ejercicio del periodismo crítico en su versión audiovisual ya que junto con Macario Lozano, hicieron una dupla explosiva y vanguardista en este ámbito por lo que la visión de ambos es fundamental para entender lo que recién ocurrió en el Estado de México. Con Violeta no pudimos realizar la entrevista en directo, pero me hizo llegar sus respuestas que a continuación transcribo. 

  -¿Cuáles son las claves que usted cree estuvieron detrás de la derrota del PRI (PRD, PAN y NA) en las elecciones del pasado mes de junio del 2023?  

  El hartazgo de la ciudadanía ante una misma clase gobernante que abusó del poder, donde siempre gobernaban los mismos; familias que se perpetuaron durante décadas. 

  La percepción de una clase corrupta que se enriqueció al amparo del poder y de manera impune, además de malos gobiernos, caracterizados por ser lejanos a la ciudadanía, frívolos, prepotentes y con dispendios. 

  También influyó la alianza de partidos tan distintos, donde algunos cedieron más que espacios y dejaron atrás parte de su ideología y de lo que defendieron en el pasado, traicionando sus principios y a quienes creían en ellos y el anhelo de un cambio y de tener alternancia, pero sobre todo un gobierno distinto. 

  ¿Cree que se trató solo de hartazgo social o que otros elementos pueden considerarse? 

  Los abusos, la prepotencia, un PRI que no se cansó de abusar, de reciclar personajes y de manejar el presupuesto más alto del país, sin mejoras visibles para la población, dejando de lado a los más pobres y vulnerables, con gobiernos frívolos, aunado a una oposición que claudicó y falló al unirse al partido hegemónico, y todo lo que éste significa, y que habían prometido combatir. 

  -Si se revisan antecedentes electorales al parecer ya había avisos de que la caída priísta era inminente, incluso claros indicios de fraudes. Sin embargo ¿Qué otros elementos podrían explicar este derrumbe? 

  La necesidad de mejores gobiernos y gobernantes, el castigo a las y los mismos de siempre, pero también las fugas de quienes ya no vieron futuro en el PRI y sus aliados y se fueron a Morena, que abrió las puertas sin filtros. 

  Tampoco se puede minimizar la imagen de la Maestra, una persona fresca, cercana a las personas, a quien la mayoría de la gente ve como alguien confiable, y por supuesto hubo quienes se vieron influidos por los apoyos que entrega el gobierno federal y por la imagen del presidente Andrés Manuel López Obrador. -¿Realmente es un derrumbe? 

  Es un derrumbe, pero no la muerte del PRI. El tricolor es el partido más articulado, organizado y disciplinado, pero además el priismo mexiquense es el más fuerte del país y uno de los más mañosos. 

  Sin duda mantendrá liderazgos y triunfos en municipios y distritos, aunque no como antes. 

  Habrá quienes busquen cobijo, como ya lo están haciendo en otros partidos, pero también quienes se queden a dar la batalla. 

  El PRI es la segunda fuerza en la entidad y será muy difícil que pueda bajar a un tercer lugar. Si el actual gobierno y Morena no dan resultados el PRI siempre estará ahí para plantearse como una opción. 

  -¿Cree realmente que el Grupo Atlacomulco está derrotado? y ¿Cuáles son sus expectativas del arranque de la actual administración? 

  Ha sufrido una derrota muy dolorosa, pero no está aniquilado. Tiene posiciones importantes y apuesta a mantenerlas, e incluso a aumentarlas el siguiente año. Hay muchas expectativas de cambios en el actual gobierno, pero al menos en los primeros meses es difícil que se puedan concretar. El actual gobierno inicia con toda la estructura y presupuesto que le heredaron, pero a la gobernadora Delfina Gómez le debe urgir mostrar cambios, gobernar distinto y dar resultados. 

  -¿El PRI habrá aprendido la lección? 

  Sin duda la derrota fue un aprendizaje, pero el PRI no dejará de ser el PRI con todos sus vicios, mañanas y experiencia. 

  -¿Qué pasará con el Grupo Atlacomulco desde su perspectiva? 

  Se reagrupará, buscará reconstruirse y llegar más fuerte a las elecciones. Uno de sus objetivos en el 2029 será recuperar el Estado de México, y antes, en 2024, triunfar en municipios y en distritos para ser un contrapeso y jugar el papel de oposición, a fin de exigir lo que nunca dio como gobierno. 

  Alternancia retardada ó un Nuevo Pacto Social 

  Para el analista y politólogo Gabriel Corona Armenta, lo ocurrido la noche del domingo 4 de junio del 2023 en el Estado de México fue una alternancia democrática retardada en algo así como 20 años, desde que Arturo Montiel Rojas, dice, pero sobre todo con Enrique Peña Nieto, se coptaron las izquierdas locales que entonces representaban la mayor oposición a un régimen que por entonces ya cumplía 80 años. 

  Se trataba de un régimen priísta agotado, pero al que se le dio vida extra por casi dos décadas más –o quizás más incluso-, por medios artificiales que implicaron necesariamente más corrupción. 

  Para este profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que vivió en carne propia el escarmiento de haber desafiado a un Estado corrupto hasta la médula, la alternancia electoral en el Estado de México ha llegado con retrasos y por lo mismo genera fuertes expectativas. 

  Entrevistado vía telefónica debido a su apretada y demandante agenda como profesor e investigador de tiempo completo en la UNAM y colaborador en diversos medios, Corona define así lo ocurrido en el impactante 4 de junio en la historia reciente de la democracia en México. 

  “En realidad esto es como la conclusión de una alternancia, pospuesta postergada por diversas maniobras de los gobiernos priistas desde hace muchos años; el agotamiento del sistema priísta se había dado al menos ya desde 1999 a nivel de la gubernatura verdad, cuando Arturo Montiel a través de su fuerza mexiquense y todas las trampas electorales que ya conocemos han realizado, pues lograron ahí imponerse a la candidatura de José Luis Durán y después pues tomar posición –de la gubernatura- gracias a la cooperación que hubo ahí de diputados el PRD, y después en el año un poco más adelante dividiendo la fracción del PAN en la misma Cámara de Diputados, entonces lo que ocurre 24 años después es en realidad como una alternancia en el poder pospuesta una y otra vez, gracias al fraude y al dinero. Usted sabe que el gobierno del estado particularmente Montiel gastó muchísimo dinero, después Peña Nieto para controlar a los opositores, para subordinarlos, e impedir que hiciesen denuncias sobre las múltiples irregularidades en el proceso electoral especialmente en 2017, cuando el PRI fue superado en número de votos, aunque con la coalición que hizo con el Nueva Alianza y el Partido Verde de entonces, pues logró superar la candidatura del Partido Morena”. 

  Corona también advierte, tras este apretado resumen de lo ocurrido en la política local después de prácticamente cuatro sexenios centrales del llamado Grupo Atlacomulco, que por lo mismo las expectativas son altas, pero sobre todo apuntan hacia romper esos sesgos que marcaron los modos mafiosos de hacer política en la entidad mexiquense, se refiere a la de combinar la política y los negocios, así como priorizar las grandes obras pero bajo concesión o como negocios que en realidad a quienes beneficia son a los grandes capitales ligados a las élites políticas. 

  -¿Qué significado y alcance tendrán estos resultados, cuál es su lectura?, le cuestionó. 

  ¿Su significado…?, bueno pues se acaba una era de una política donde perversamente se han combinado los negocios y la política y donde los políticos del Grupo Atlacomulco y sus socios han ejercido el poder para enriquecerse, y han usado su riqueza para seguir ejerciendo el poder comprando voluntades y lealtades; y en cuanto a la expectativa es eso, justo que eso cambie, que los siguientes gobiernos lo hagan con una orientación más social, una orientación más hacia la gente, que cuando gobiernen no estén pensando en llenarse los bolsillos de dinero cómo ha sido la tradición del Estado de México desde hace muchos años, sino que estén pensando en la educación de la gente, en la en la en la salud, en la seguridad que es tan importante, que estén pensando en mejorar la infraestructura vial del Estado de México pero no con autopistas privadas y concesionadas, porque eso a la gente de escasos recursos no les resuelve sus problemas de movilidad para ir a sus trabajos, para ir a sus escuelas a sus puestos habituales… sino mejorando la infraestructura en general desde uso público gratuito, pues para toda la gente mejorando la red de transporte, generando más empleos, generando mejores hospitales, etcétera. Entonces creo que estamos ante un momento que puede ser refundacional en el sentido de que haya un nuevo pacto social entre gobernantes y gobernados, señaló Corona Armenta, quien además ha sido consejero del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), desde donde enfrentó y combatió activamente las élites operativas del poder descomunal del priísmo. 

  Sin embargo también alerta la posibilidad de que el PRI mexiquense se reconstituya rápidamente, ya que sin duda el partido en el Estado de México, constituye una potente organización política, de las mejores organizadas en todo el país, mientras que a nivel nacional también ha dado muestras claras de resilencia. 

  “Yo no creo que el PRI esté completamente muerto se le ha dado se le ha dado por muerto y enterrado desde hace muchos años sin embargo es un partido que ha logrado reconstituirse lo hizo, lo ha hecho una y otra vez. Lo hizo en 1988 después del enorme descalabro que sufrió Carlos Salinas frente a Cuauhtémoc Cárdenas, lo hizo después de 1997 a nivel del Congreso de la Unión; lo hizo acá en el Estado de México después de las elecciones de 2018 donde logró incluso tener más éxitos electorales que frenaron la tendencia digamos de arrasamiento de Morena… entonces me parece que el PRI del Estado de México es uno de los partidos mejor organizados, estructurados porque tienen cuadros muy bien preparados y que seguramente querrán seguir disfrutando del poder y bueno, esto desde luego si el nuevo gobierno –de Delfina Gómez- no lo hace bien, pues yo creo que podría tener una segunda oportunidad o hasta una tercera, porque la gente lo que está buscando es la solución a sus problemas y si hay quien se los resuelve seguirá votando por ellos y si no se los resuelve seguramente volverá a ver otras opciones y eso no se puede perder de vista, ni Morena ni ningún partido político que quiera permanecer en el gobierno durante muchos años con el consenso, con el apoyo y con la legitimidad de la gente. 

  Respecto al impacto que tendrían en 2024 las elecciones del Estado de México, Corona Armenta advierte que nada hay asegurado y todo seguirá siendo una moneda en el aire, pues si bien el PRI mexiquense tuvo el mayor descalabro en su historia, nada está escrito a favor de Morena, por lo que es probable y no que el tricolor logre reconstituirse y para ejemplificar esto cita la historia. 

  Explica que si se toman como referencia los comicios estatales de 1999 cuando Arturo Montiel se impuso sobre el panista José Luis Durán Reveles, hay que recordar que al año siguiente, en las elecciones nacionales del año 2000 el PAN, que perdió en Edomex, ganó a nivel nacional con Vicente Fox Quezada. 

  Posteriormente en el año 2005 Enrique Peña Nieto ganó en el Estado de México, pero la presidencia la retuvo Felipe Calderón en el 2006, mientras que en 2011 y 2012 el PRI logra ganar tanto en la entidad mexiquense con Eruviel Ávila Villegas, como con Enrique Peña Nieto en la presidencia de la República, de la cual desplazó al PAN tras dos sexenios de este en el poder máximo, explicó. 

  Recuerda que al siguiente sexenio el PRI retuvo la gubernatura en 2017 “aunque ya sabemos con todas las trampas y el terrorismo electoral que hubo”, pero no pudo retener la presidencia en 2018. 

  Por lo anterior Gabriel Corona advierte que el reposicionamiento del PRI en 2024 no está garantizado ni será en automático, pero tampoco está descartado. 

  “Depende de muchas condiciones de muchos factores no es en automático que quien gana la previa a la elección presidencial ya ganó porque además recuerden que el PRI arrasó junto con sus aliados en Coahuila porque ahí sí, si arrasaron y la votación quedó muy muy distante, a diferencia del Estado de México”. 

  Refirió para terminar que ningún partido queda descartado tras una derrota, pues también depende de los contextos “y el contexto se puede modificar en cualquier momento y depende de muchos factores”, lo que es un hecho es que al PRI no se le puede dar por muerto. 

    

 Debido a un ataque cibernético este contenido a tenido que volver a ser publicado  

  

 

Teresa Montaño


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