fbpx
ENCRIPTAN “VÍA TRANSPARENCIA” LOS RECIBOS DE PAGO DE ERUVIEL ÁVILA
junio 20, 2017
Eva Cadena: No vivo de la política
junio 22, 2017

Cogito Ergo Sum

La comedia no funciona a menos que alguien resulte ofendido.

DOBLE FILO

Cogito Ergo Sum


Por: Héctor Castañeda






Exceso de sensibilidad
La comedia no funciona a menos que alguien resulte ofendido.


Hace ya más de una semana, una caricatura (mal llamada cartón) del periódico El Heraldo de México, se volvió noticia nacional. No por lo ingenioso de su sátira, que definitivamente lo fue; ni por la composición de la ilustración. Causó polémica por ser considerada “racista”.

En la imagen, que seguramente muchos ya han visto, aparecen tres personajes mexicanos: Angélica Rivera, representada como una gaviota antropomorfa con peluca; Enrique Peña Nieto, de corta estatura y con su copete característico sosteniendo una maleta con la leyenda “Guatemala”; y Javier Duarte, mirando hacia su izquierda con gesto culpable vistiendo un traje típico de Guatemala, concretamente, el del departamento de Huehuetenango, característico por sus patrones geométricos y cuello cuadrado. Los tres se encuentran dentro de una casa blanca, y la esposa del mandatario se queja con la frase “Aun no entiendo por qué tuvimos que ir tan lejos por una señora que nos va a hacer la limpieza”; es decir, sin darse cuenta de que la “señora” es el infame exgobernador de Veracruz, aparentemente rescatado por Peña Nieto de la justicia guatemalteca y mexicana.

Mucha gente, al día de hoy, continúa extremadamente ofendida por la manera en cómo fue vestido Javier Duarte, pues lo consideraron un insulto a la cultura guatemalteca al extremo de pensar que la caricatura era una burla directa hacia la ganadora del Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, cuya característica más notable es vestir el traje típico guatemalteco.

En otro medio, y a propósito de los comentarios de los comentarios profundamente ofensivos de Marcelino Perelló, expliqué la importancia de ser políticamente (y responsablemente) incorrecto, textualmente mis palabras fueron “El ser políticamente incorrecto, y más aún, ser lo bastante crítico consigo mismo y con su sociedad no sólo es importante, sino esencial para el avance humano”.

Ello defendería por sí sólo a esa caricatura, de no ser porque, desde mi punto de vista, la ilustración ni siquiera podría considerarse políticamente incorrecta, ni mucho menos ofensiva.
La sátira visual es alegórica en el sentido de que utiliza símbolos para llevar a cabo un discurso, confiando en que el espectador va a ser suficientemente inteligente como para contextualizar dichos símbolos y entender el discurso. Pasó que la gente se ofendió y de alguna manera descontextualizó el símbolo.

Esta es una época muy peligrosa para el pensamiento crítico por la forma en cómo nos ofendemos fácilmente por nimiedades. Más grave aún cuando se trata de comedia, como es el caso de esa caricatura creada por Juan Alarcón.

La comedia es basada, de alguna forma, en la miseria. Y para esto traigo a colación una frase expresada por uno de los comediantes más transgresores que haya existido: George Carlin.
La comedia no funciona a menos que alguien resulte ofendido.
Y tiene razón. De alguna forma, se vio reflejado en este caso. Lo que nos lleva a otro aspecto: la comedia también se basa en que, cuanto más se enfatice la verdad en la miseria, más gracioso resulta. Sólo hay que pensar en el slapstick cinematográfico de principios del siglo XX para darse cuenta que es verdad. Chaplin, Buster Keaton, Abott y Costello, por mencionar unos ejemplos. En el caso concreto de este cartón, la dura verdad de que Peña Nieto podría estar buscando la forma de evitar que Javier Duarte pudiera recibir su justo castigo, aún si ello significa disfrazarlo de indígena guatemalteca. Incluso enfatiza la verdad en la ignorancia de “La Gaviota”, para quien la sociedad se divide en “los poderosos” y “la servidumbre”, completamente ciega ante la realidad.

Entre más se analiza críticamente la obra, más ingeniosa y graciosa resulta.
Es evidente que aquí se mal interpretó la intención del caricaturista. No es la primera vez que ha pasado. El comediante Gilbert Gottfried fue despedido de su programa de radio cuando hizo un chiste del tsunami de Japón de 2004, justo cuando había ocurrido la tragedia, evidentemente sin una intención de ofender ni herir sensibilidades; sólo se trató de un mal timing. Aquí también se perdió la intención.

Esto nos lleva a otro ejemplo de cómo ser políticamente correcto nos está volviendo demasiado cerrados. Warner Brothers censuró durante algunos años a su personaje Speedy González, debido a las protestas de algunos sectores estadounidenses que eran ofensivos y creaban un mal estereotipo del mexicano. A la fecha no conozco a ningún mexicano que se haya sentido mínimamente ofendido por la caricatura. Lo que es más, a muchos de nosotros nos encanta por su carisma, inteligencia, etcétera. Es decir, había un sector que se había sentido ofendido por un personaje que ni siquiera pertenecía a su cultura.

Un ejemplo mucho más reciente. La semana pasada, en el evento de videojuegos conocido como E3, Nintendo presentó un nuevo juego de Mario Bros para su nueva consola, Switch. En el juego, hay un nivel que se asemeja mucho a un clásico pueblo mexicano, en medio del desierto, habitado por calaveras de alfeñique, y con la posibilidad de cambiar el clásico traje del plomero a un sombrero y un zarape. Lejos de sentirse ofendidos, mucha gente ansía comprar el juego porque se sienten felices de ver un poco de la cultura mexicana reflejada en un videojuego.



En el caso de Guatemala, la ofensa vino exactamente del estereotipo cultural, tal y como hay estereotipo cultural en los dos ejemplos anteriores. No por el aspecto político, pues dudo mucho que el guatemalteco “de a pie” reconozca cabalmente a los personajes que aparecen ahí.

¿Eso quiere decir que los mexicanos tenemos la piel más dura? Para nada. De hecho, parece que las únicas entidades para las que es válido satirizar son Peña Nieto y el PRI. Busquen cualquier caricatura en Twitter donde se expongan los defectos de López Obrador, y de inmediato saldrán comentarios violentos e insultos a su creador. El mismo Juan Alarcón dijo en una entrevista para Radio Fórmula que los simpatizantes de Morena son los menos tolerantes ante las caricaturas que atacan al líder de Morena. Si luchas por algo para aliviar tu rabia social y no porque quieras un progreso real estás más propenso a que el tema te haga más emocional y de mente cerrada. Lo que te puede llevar a crear escenarios que no están ahí.

Este es el caso. Por supuesto que entiendo que la gente que se sintió ofendida pensó que probablemente el cartón era una piedra en la búsqueda por la igualdad, es una causa perfectamente válida por la cual luchar, después de todo. Pero la emoción reprimida puede explotar en el momento y con las personas equivocadas, haciendo que demonicemos buenas ideas.

La gente se está volviendo demasiado sensible, y no nos estamos dando cuenta que la solución no es censurar la comedia, sino magnificarla, ampliarla. Eso no significa que debamos enlistar cada cosa de la que podamos reírnos y de cuáles no; eso limitaría nuestra madurez mental.
Si la alternativa al sentido común es temer y enfurecernos por todo, entonces la comedia, lo único de lo que podemos sacar algo positivo de nuestras desgracias, estará muerta muy pronto. Necesitamos tener el sentido común para saber qué es ofensivo y qué no.

Cuando Marcelino Perelló dijo las terribles cosas que dijo en su programa de radio, era evidente que no se trataba de un chiste, que es lo que de verdad piensa y que lo hizo con la intención de lastimar y ofender. Siempre va a existir esa gente y debemos enfrentarlos. En el caso del cartón de El Heraldo, nos señalaron la luna y nos molestamos por el dedo.

Es una ironía bastante triste que, siendo comediante, el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, no haya sido capaz de tener el sentido común de darse cuenta que no sólo no aparece ningún guatemalteco en el cartón de Juan Alarcón, sino que haya dejado que se perdiera un chiste tan bueno por la sensibilidad de la gente.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

cheap gucci belts gucci mens belts cheap tents