4 de agosto de 2020

Alma Ríos

Romualdo García Zárate tiene 73 años y ha sido músico toda la vida, pero el desempleo y la falta de ingresos a consecuencia de la emergencia sanitaria por Covid-19, lo orilló a deshacerse de cosas que amaba:

“Desgraciadamente tuve que empeñar muchos aparatos míos, tuve que vender dos saxofones para poder subsistir”, platicó.

“Rommy y su Sax maravilloso”, como se hace llamar artísticamente, tuvo sus inicios en la música a los ocho años y ha grabado doce discos; también sabe tocar la batería, guitarra, trompeta, marimba, acordeón y el bajo, y aunque ha colaborado con varias agrupaciones, prefiere trabajar de manera independiente.

Desde hace cuatro años, este saxofonista expone su música en Los Portales de Toluca, pero desde abril ya no tuvo ingresos, debido al cierre de espacios públicos y a la suspensión de eventos sociales, que afectó a los más de 125 mil músicos que hay en el país, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI.

Aunque ya se activó el Semáforo Naranja y se retomaron muchas actividades no esenciales en el lugar donde trabajaba, el hombre enfrenta otros problemas con la nueva normalidad, pues algunos locatarios no le permiten instalarse, bajo el argumento de que obstruye el paso.

“Ahorita que apenas están abriendo nos corren, no se dan cuenta que hay que dar gracias a Dios que ya vamos saliendo de esto”, expresó.

Romualdo fue uno de los músicos que acudió a la entrega gratuita de huevos convocada por una asociación civil en la capital mexiquense.

Hasta el corte de mayo, 9.5 millones de personas dejaron de laborar debido a la suspensión temporal de su trabajo sin recibir pago, según la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) 2020.

La crisis sanitaria y económica ha afectado a los músicos, pero también a los adultos mayores que, como este saxofonista, tienen que salir a trabajar, pese a ser la población con mayor riesgo a contagiarse de Covid-19.

De acuerdo al INEGI, casi la mitad de los mexicanos mayores de 60 años que laboran lo hacen por cuenta propia, de los cuales 15.2 por ciento son comerciantes, empleados o agentes en ventas. Tres de cada diez no cuentan con seguridad social y 21.4 por ciento presenta carencia por acceso a la alimentación.