Me sacan de quicio las tormentas y controversias, y me desesperan de sobremanera las campañas electorales. Tengo que saber de ellas porque tengo que comer.
Y la expresión máxima de lo desesperante que pueden ser varias facciones de candidatos que desgraciadamente nos van a terminar gobernando se dio ayer.
Andrés Manuel López Obrador se grabó a bordo de una avioneta en un vuelo de Nogales a Guaymas, ambas ciudades del estado de Sonora.
No me meteré demasiado en honduras, pues hay un Fact Checking en proceso al respecto de ello (adelanto en el mismo que, o López Obrador no sabe en qué se está montando, o miente), pero me limitaré a emitir mi opinión al respecto.
En primer lugar, es ridícula la postura de los partidos opositores y algunos medios, que maximizaron a niveles risibles el hecho de que López Obrador esté en una avioneta. Ni siquiera con la Suburban blanca que ni siquiera está registrada a nombre de Morena y que quién sabe quien es el dueño de la camioneta se están comportando así. Es obvio el golpeteo contra el candidato. Además, ni el PRI ni el PAN tienen absolutamente nada que reclamar cuando sus propios funcionarios han usado vehículos oficiales como helicópteros y camionetas para pasear con la familia. Son los que menos autoridad moral tienen para decir nada.
¿Por qué el reclamo no iba enfocado a su ausencia para firmar el Pacto de la Primera Infancia? Un plan avalado por 335 asociaciones civiles (ah, cierto, que él no confía en la sociedad civil que va a gobernar) y bastante importante es serio que el candidato puntero no se comprometa formalmente. Si se vuelve presidente, con todas las de la ley se puede hacer oídos sordos y enfocarse a cosas más importantes para él como seguirse peleando con su oposición.
Ahora, mi gran problema no es que ande en un avión. Por mi puede pasearse en el Maybach Exelero, si quiere, pero que no que no se dé golpes de pecho diciendo que es el candidato más pobre y austero cuando no lo es. Prefiero a alguien que diga “sí, tengo dinero, pero no por eso no comprendo a los pobres” a alguien que dice tener 200 pesos en la cartera y sufrirla para andar en taxi y verlo en una avioneta de más de 10 mil pesos por viaje.
Incluso se dio el caso de gente que, con malicia o ignorancia, esgrimieron el argumento de “es que necesitaba la avioneta para llegar a comunidades apartadas de la sierra”, llamando a los demás “pendejos”, la tolerancia de esos seguidores, lo usual.
Ante ello, informo que la orografía de Sonora, aunque tiene montañas y ríos, predomina en zonas planas. Si la avioneta hubiera estado en Oaxaca o Chiapas que tienen una zona montañosa más agreste, el argumento hubiera sido acertado. Voló en la de Mexicali (B. C.) a Nogales en Sonora, y de ahí voló a Guaymas ambas ciudades importantes, no comunidades. En el mapa que dejo abajo aparecen las ciudades y la sierra está hasta la parte que rodea el lago de El Novillo, a 70 kilómetros al este de la ruta que se haría desde Nogales a Guaymas. Incluso si me dijeran: "es que tuvo que atravesar la Biósfera del Pinacate de Mexicali a Nogales", está la carretera federal 2 que atraviesa sin problema la reserva natural casi por en medio. A menos que el avión se haya desviado tremendamente de una trayectoria recta, el argumento de las comunidades de la sierra no se sostiene.
Más tonterías se van a ver, hasta el hartazgo, durante estos meses que duren las campañas. Tristemente estas no sacan lo mejor ni de los candidatos ni de nosotros.