8 de noviembre de 2017

Villa Victoria, Méx.- Agustín Mondragón Zaragoza, un campesino indígena de casi 70 años, encabeza el primer “municipio indígena mazahua” que se integra en el Estado de México y que sin tener ningún tipo de reconocimiento jurídico por el Congreso Local o el gobierno mexiquense, se ha autoproclamado autónomo, ya cuenta con dos jueces, un concejo de gobierno y una policía comunitaria con 60 efectivos.

La sede municipal de la nueva comuna, se localiza en la pequeña comunidad de “San Felipe de la Rosa”, al que se puede llegar bordeando la presa de este lugar, al fondo de hermosos parajes rurales y a solo cuatro kilómetros de la Pista de Canotaje –con instalaciones de primer mundo- que inauguró en 2016 el presidente Enrique Peña y que el concejo de gobierno, amenaza con “cerrar”, si a la brevedad no cuentan con reconocimiento por parte del gobierno de Alfredo del Mazo.

Cerrar la presa Villa Victoria, que forma parte del Sistema Cutzamala, afectaría el suministro de agua de no menos de ocho millones de personas, tanto de la zona metropolitana del Valle de México, como del Valle de Toluca, ya que es parte de ese complejo hidráulico del que depende incluso la Ciudad de México (CDMX).

Arturo Martínez Hernández, integrante del concejo de gobierno, confirmó la posibilidad, de cerrar las válvulas de la presa, ya que la carencia de acreditación oficial comienza a ser un problema para sus jueces y concejales, aunque lo que más les preocupa es que no pueden acceder a los recursos estatales y federales, para atender las carencias de la zona.

San Felipe de la Rosa es una pequeña comunidad de solo 850 habitantes donde el 95% de la gente no tiene agua –se abastecen con pipas o directamente del río o los arroyos que abundan en la región- y el 100% carecen de drenaje.

La mayoría de los caminos están en malas condiciones, las escuelas solo garantizan la educación básica y los servicios de salud son inexistentes. Las llamadas “casas de salud” que abundan en comunidades cercanas como El Bosque, Cerrillo Chico, Las Casas y Los Cedros, son meros cascarones abandonados y ruinosos, como la que se ubica aquí en San Felipe, cabecera municipal de la nueva comuna a la que se integran 52 comunidades más.

Será por eso que acá nadie dice nada del nuevo gobierno indígena, pero algunos consideran el proyecto desproporcionado o “inviable”.

En ese caso está el delegado “oficial” de San Felipe de la Rosa, nombrado por el gobierno priista de Villa Victoria, Benigno Solís, a quien le preocupan los sueños “independentistas” de don Agustín y compañía. Su esposa lo ha convencido de que es una locura y él sonríe nervioso, quizás porque en el fondo sabe que su deseo de llevar agua a sus representados, de traerles empleos y conseguirles servicios médicos dignos, son inalcanzables. Para ellos solo hay despensas en tiempos electorales, láminas y algunos bultos de cemento cuando hay elecciones. Pero duda.

Pese a lo anterior don Benigno mantiene un pacto de “no agresión” con el nuevo gobierno indígena, al cual incluso le extiende documentos, cuando las actas de nacimiento o matrimonio, y las constancias domiciliarias que expiden los jueces mazahuas, son rechazados en escuelas, hospitales y centros de trabajo. LA BASE LEGAL

No es fácil dar con la sede del nuevo gobierno mazahua, pero tras ir “brecheando” alrededor de la Laguna, yendo y viniendo, termina uno dando con una construcción en obra negra y techo de lámina, detrás de una gruesa cortina de centenarios pinos, donde al fondo, en una sala improvisada con tabiques, sillas de madera y tablones, está asentado el consejo en pleno.

Al menos seis integrantes más, además del presidente Agustín, incluyendo a Juanita, la única mujer, conforman este ayuntamiento indígena, el primero en su tipo en la entidad mexiquense.

Arturo Martínez, aseguró que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los ampara en su artículo 1º, que garantiza el respeto a los derechos humanos, y 2º que da reconocimiento jurídico a la autodeterminación de los pueblos indígenas.

En su tercer párrafo dicho artículo señala textualmente: “El derecho de los pueblos indígenas a la libre determinación se ejercerá en un marco constitucional de autonomía que asegure la unidad nacional. El reconocimiento de los pueblos y comunidades indígenas se hará en las constituciones y leyes de las entidades federativas, las que deberán tomar en cuenta, además de los principios generales establecidos en los párrafos anteriores de este artículo, criterios etnolingüísticos y de asentamiento físico.”

Asegura que ellos “se acogen plenamente” a esos preceptos. Por lo pronto a principios del mes pasado ya fueron a Palacio de Gobierno con otros mazahuas y se entrevistaron con gente del nuevo gobierno estatal, tras plantarse dos horas debajo del balcón de la gubernatura. Solo les citaron para entregarles los requisitos para integrar un nuevo ayuntamiento, lo que no les dijeron es que entre esos requisitos, las únicas personas legalmente reconocidas para enviar una iniciativa al Congreso Local con ese propósito es el gobernador Alfredo del Mazo Maza o los representantes de cada poblado interesado, es decir los alcaldes de los municipios afectados.

De acuerdo a la Ley para la Creación de Municipios del Estado de México, expedida en 1996 por el entonces gobernador César Camacho Quiroz, el artículo cuarto señala que: “la solicitud de creación de un municipio deberá ser dirigida a la Legislatura por el Gobernador del Estado o por los representantes del o los poblados interesados, directamente o a través del titular del Ejecutivo”.

Tampoco les dijeron que otros requisitos son contar con al menos 40 mil habitantes y tener el equipamiento urbano mínimo indispensable como panteón, mercados, sistemas de abasto; drenaje, agua, electrificación, etcétera, de acuerdo al segundo capítulo del mismo ordenamiento.

El presidente de la comisión de legislación municipal del Congreso del Estado de México, Omar Velázquez, informó este jueves que tendría un encuentro con una comisión de indígenas, pero declinó opinar sobre la viaibilidad de darles reconocimiento jurídico para la conformación de lo que sería el primer municipio índigena en la entidad.

Por lo pronto el Municipio Indígena Mazahua ya cuenta con un autogobierno conformado por 19 miembros encabezados por María Juana Segundo Mondragón, Adrian Dionicio, Fabian Dionicio, Cirilo Cárdenas Segundo, Bruno Martínez Mondragón y Agustín Mondragón.

Pese a ello don Arturo asegura que cuentan con más de 56 mil habitantes en sus 52 comunidades, asoladas históricamente por el PRI, la pobreza y los taladores clandestinos.

Destacó que ya se preparan para ir a Derechos Humanos a fin de pedir el respeto a sus derechos de “autodeterminación” como pueblos indígenas y dar la lucha en el Congreso Local por su reconocimiento.

Búnkjojme chjúmbeñe!

“Estamos listos”.

Teresa Montaño