Mexicalcingo, Méx., a 3 de marzo.- En el domicilio de Blanca Valeria Benavides Casas, de 29 años de edad, sus padres, hermanas y abuelos, oran todas las noches, frente a un pequeño altar donde la gente ha ido agregando sus esperanzas por encontrarla, un pequeño retablo de un niño milagroso traído desde Tenango del Valle, el apacible rostro de una virgen de Guadalupe y otros santitos como pequeños “niños Dios”, aguardan junto a flores, velas y rezos, el regreso de Vale, desaparecida desde el 24 de enero pasado en esta localidad.

Sus padres, Victorina Casas de 46 años y Mateo Benavides de 56, organizan las jornadas de oración por el regreso de Valeria desde las 19:00 horas, tras dedicar prácticamente todo el día a su búsqueda, en una tarea de 24 por 24, que ya rebaso el primer mes sin tener resultados hasta la fecha por parte de los mandos oficiales responsables de su búsqueda.

Aunque las autoridades reportan que no han detenido las investigaciones, lo cierto es que no han dado ningún indicio de su posible paradero, no obstante y de acuerdo a comentarios de sus familiares, entre 13 y 15 personas –ubicadas en el círculo social de Valeria-, ya fueron citadas a declarar ante la FGJEM, principalmente amigos y conocidos de la joven, localizados a través de sus contactos personales. La policía cibernética, ha sido fundamental para esto, aseguran.

Los familiares de Valeria también señalan que quedó descartada una desaparición como resultado de un secuestro, sin embargo aún no se descarta un posible caso de “trata de personas”, mientras que vecinos del lugar, han corrido algunas versiones, de que la jovencita pudo haber sido vista junto a un hombre la última vez, lo cual ha fortalecido esta última hipótesis.

Paralelo al trabajo de la FGJEM, la familia realiza su propia búsqueda. Desde un principio recorrieron hospitales, clínicas, albergues, puestos policiacos o comandancias, Ministerios Públicos; y más recientemente, han recorrido centros de rehabilitación para personas con problemas de adicciones, no quieren descartar nada, incluso dado el caso, que haya consumido algo que hubiese afectado su memoria o que la hayan trasladado a algún lugar donde la mantengan internada.

La búsqueda sigue por todo el valle de Toluca, llevando consigo una de las fotos más recientes de Blanca Valeria, una donde aparece sonriendo, mirando directo a la cámara, con un flequillo castaño flotando sobre su frente y pelo a los hombros. Se ve radiante y bella, de hecho lo es, dice su abuelita, una de las personas que más padecen su ausencia. “Es mi primer nieta, es mi niña”, señala mientras se lleva las manos a la boca, quiere ser fuerte.

Valeria desapareció la tarde-noche del 24 de enero, luego de salir de su domicilio. Ese día, viernes, avisó que saldría a arreglarse el pelo, sin embargo no regreso. Sus padres y la familia entera conscientes de que se trataba de una joven de 29 años, esperaron un tiempo prudente, pero cerca de la media noche entraron en pánico, nadie la localizaba.

Su abuelita recuerda que cerca de la media noche de aquel día, ya cuando se disponía a dormir y ver un poco de televisión, su hija, madre de Valeria, llamo a la puerta. La niña no aparecía. Es curioso, pues recuerda que todo ese 24 de enero, desde que se levantó, tenía sobresaltos en el pecho. Se sentía angustiada y en momentos triste. Un mal augurio. Y si, el dolor llego, el dolor de la ausencia y la preocupación.

Aquí todos la recuerdan. A Valeria le gustan los “cardios”, quería mantenerse en forma. Se trata de una chica lista, pues hizo dos carreras cortas, entre ellas la de chef. Actualmente trabaja para la pequeña empresa de su padre. Ella es la encargada de llevar el control de toda la logística de clientes, podría decirse que es el cerebro para que el negocio de renta de mesas y sillas opere a la perfección, pero también es una pieza fundamental para la familia. Su sobrinita de año y medio la extraña, extraña sus mimos y sus pretextos para llevarle regalitos a media tarde, sus juegos de niñas.

Mientras dan una, la primera, conferencia de prensa en ese patio y traspatio que atravesaba Valeria todos los días camino al trabajo, sus padres se mantienen tranquilos y positivos. Su mamá, a petición de los reporteros, le pide a Valeria y a quien quiera que sepa de su paradero, que se comuniquen, que la extrañan y que no están enojados con ella. También dicen que no odian a nadie, ni reclamarán ni perseguirán a nadie cuando ella aparezca. El amor es más fuerte.

DESAPARECIDOS

El caso de Blanca Valeria en el municipio de Mexicalcingo, es una de las más recientes desapariciones que se reportan en el Estado de México, donde 7 municipios fueron declarados en alerta de violencia de género por “trata” en 2019 y otros once se encuentran en alerta de género por feminicidios, desde el 2015.

A nivel estatal y de acuerdo a cifras oficiales, desde 2012 hay 833 carpetas de investigación abiertas por el delito de trata, mientras que once carpetas de investigación, ya se habían iniciado hasta la semana pasada en este año.

Recientemente el Congreso Local aprobó la Ley de Desaparición Forzada del Estado de México, que busca garantizar y proteger los derechos de las víctimas directas e indirectas de los delitos de desaparición forzada de personas y desaparición cometida por particulares.

La ley establece que además de los derechos a la verdad, el acceso a la justicia, la reparación del daño y las garantías de no repetición y aquellos contenidos en otros ordenamientos legales, los afectados tienen derecho a la protección de sus derechos, personalidad e intereses jurídicos; a que las autoridades inicien las acciones de búsqueda y localización, de manera inmediata y desde el momento en que se tenga noticia de su desaparición, entre otros.

Por otro lado y aunque aún no se han consolidado mecanismos eficaces y transparentes para conocer y acceder a las cifras por desaparición, el pasado 12 de diciembre, cuando se presentó la iniciativa de este ordenamiento, la diputada Karina Labastida, informó que en el Estado de México, se tenía el registro de más de 7 mil 539 personas no localizadas hasta 2017.

También aseguró que los casos de desaparición reportados, han ido en aumento en la entidad, de 911, reportados hasta 2012, a 6 mil 471 en 2018, lo que habla de un repunte superior al 710 por ciento en los últimos siete años.

Por otro lado, la resolución o análisis que determinó la segunda Alerta de Género por desaparición en siete municipios del Estado de México estableció en una de sus partes que hasta el 30 de abril del 2018, se tenían en todo el país 36 mil 365 personas desaparecidas, de las cuales 25.71% son mujeres (9327); mientras que en Edomex hay aproximadamente 3 mil 890 personas desaparecidas, de las cuales mil 785 son mujeres, que representan el 45.8%, es decir, “se trata de un porcentaje casi del doble de mujeres desaparecidas en el país”.

Recientemente, la fiscal responsable de los delitos cometidos por violencia de género, indicó que desde 2012 hay 833 carpetas de investigación abiertas por el delito de trata, el cual consideró un ilícito difícil de probar, mientras que otras 11 ya se iniciaron en lo que va del año.

Ma. Teresa Montaño