fbpx
Cuenca y Ciénegas del Lerma con especies en proceso de extinción
julio 29, 2019
Se les dijo
julio 29, 2019

Mascarada El Baile de las Máscaras

Calificadoras de riesgo espantando con el petate del muerto

DOBLE FILO

Mascarada El Baile de las Máscaras


Por: Ismael Rojas Escobar









Organismos financieros contra la 4T



Andrés Manuel López Obrador desató una polémica casi desde el inicio de la administración: restar importancia a la opinión de los organismos económicos internacionales tales como BM, FMI, OCDE, BID, los bancos transnacionales y las calificadoras de riesgo.

Fue más allá y los cuestionó por la doble moral con la que se manejan. Por ejemplo, Pemex sobrevivía en un mar de corrupción y malas decisiones mientras las calificadoras veían para otro lado o decían que todo iba bien; ahora que se está saneando y volviendo a poner en marcha, caen como lluvia las consignas y calificaciones negativas que después magnifican y sacan de contexto la oposición y medios de comunicación.

Para el presidente y algunos analistas no alineados estos organismos deben tratarse con rigor para evitar que jueguen el papel que han interpretado durante décadas que es el de gánsteres de la economía presionando presidentes y comprando políticos para conseguir sus fines: colocar créditos en condiciones impagables; dominar a las administraciones y establecer la agenda neoliberal como es la privatización de empresas públicas, concesiones y leyes a modo que favorecen al sector privado como la flexibilización laboral.

El periódico El Economista el 12 de septiembre del 2013 publicó una nota en la que sus primeras líneas dice: “la credibilidad de las calificadoras de riesgo se desplomó junto con el banco de inversión Lehman Brothers el 15 de septiembre del 2008”. Recordemos que este hecho causó una crisis global.

Más recientemente, El Financiero publicó el 24 de abril del 2017 un encabezado que dice: “siguen operando con completa impunidad las calificadoras”. “Empezaron a ser cuestionadas cuando el colapso financiero del gigante petrolero “Enron”, el cual, días antes de su quiebra, se le calificaba con triple “A”, el grado más alto de inversión”.

Estas dos joyas de la corona de las calificadoras siguen pendientes, se quedan en el aire y lo dejan al olvido para que sigan cayendo incautos que respalden sus vaticinios que, para ser realistas, los emiten con cierta frecuencia para presionar a gobiernos para que jueguen a favor de sus intereses y los de Estados Unidos de Norte América.

En lo que respecta a organismos como el Fondo Monetario Internacional, Banco Interamericano de Desarrollo, Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, y el Banco Mundial, veamos la experiencia del Ecuador y su presidente Rafael Correa, quien tuvo que expulsar de su país al representante del BM porque estaba chantajeando a su gobierno.

En la XXI Cumbre de Iberoamericana efectuada en Paraguay en octubre del 2011, correa fue más allá y tras denunciar el hecho al pleno, se levantó de la mesa como protesta contra Pamela Cox iba a dar una “cátedra” a los asistentes. Molesto exigió disculpas para Ecuador y para el resto de países a quienes también presionaban para imponer sus medidas “neocolonialistas”.

El escenario que vivió Rafael Correa desde el inicio de su mandato es muy similar al que enfrenta López Obrador, con presiones de todos estos organismos, de la oposición y una campaña mediática constante de desinformación para manipular a la opinión pública: cabe mencionar que las redes sociales en la actualidad juegan un papel fundamental para contrarrestar estos boicots.

Rafael Correa es un rebelde de la economía: doctorado en Yale los financieros esperaban que gobernara con el neoliberalismo, pero fue todo lo contrario y como una de sus primeras medidas fue reestructurar su deuda, incluso no pagar, apostar por incrementar la producción nacional y el aumento de la capacidad de consumo de la población. Obtuvo la mejor calificación crediticia en la historia del Ecuador.

El resultado fue terminar con la deuda y la consigna de no volver a solicitar ni un dólar de crédito al FMI, al BM o al BID, y mucho menos a la banca privada con sede en Estados Unidos de Norte América.

La prensa ardía de igual manera y lo cuestionaban que si no cubría la deuda no le iban a volver a prestar, a lo que respondía que si el pagaba más de lo que le recibía qué sentido tenía mantener esa deuda. Tras un periodo difícil se cubrió y los banqueros lo buscaban para darle créditos en condiciones mucho más favorables, los cuales rechazó.

López Obrador cuando dijo que tenía “otras cifras” incendió a la “comentocracia” y a los flacos opositores que consideran lo dicho por calificadoras como Standar & Poor´s y otros como si fueran líneas de la Bíblia, casi escritas por la mano de Dios; todo un pecado capital poner en duda sus sacras palabras.

Incluso hubo una calificadora mexicana de reciente creación que también vaticinó tormentas económicas si ganaba López Obrador. Tras el ridículo que hizo y descubrirse que tenía nexos con detractores del presidente prácticamente desapareció.

Por lo anterior no es tan mala idea que se legisle para regular el trabajo de estas calificadoras y se les pueda exigir responsabilidad y no jueguen el papel de gánsteres al servicio de intereses oscuros.

Hay que reconocer que todos estos organismos tienen un papel relevante a nivel global, pero también hay que reconocer que históricamente han jugado en favor de los intereses de E.E.U.U. y otras potencias, asimismo, de las grandes transnacionales que han hecho fortunas de países “periféricos” como México.

López Obrador no puede caer en su juego y debe mantener a México como un país soberano.

Twitter: @ismasan7

FB: @sedivergente

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

cheap gucci belts gucci mens belts cheap tents